Además de Renan, el propio Bolsonaro y la primera dama brasileña, Michelle de Paula Firmo, habían contraído el virus. "Voy a tomar ahora la hidroxicloroquina para continuar con el tratamiento contra la COVID", dijo Renan Bolsonaro.
(EFE)- Renan Bolsonaro, el hijo varón más pequeño del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue diagnosticado con la COVID-19, una enfermedad de la que el mandatario se recuperó el mes pasado, según anunció este sábado el propio joven en sus redes sociales.
En un vídeo subido hoy en su cuenta de Instagram, Renan Bolsonaro, de 22 años, afirmó que se está tratando con la hidroxicloroquina, un fármaco fuertemente defendido por el presidente brasileño y al que atribuye su recuperación pese a que su eficacia todavía no ha sido comprobada científicamente.
Lee también: Presidente de Portugal ayudó a rescatar a dos mujeres que cayeron de un kayak"Voy a tomar ahora la hidroxicloroquina para continuar con el tratamiento contra la COVID", dijo el cuarto de los cinco hijos de Bolsonaro, quien aparece además enseñando unas pastillas del medicamento y, enseguida, tragándolas.
Hasta el momento, el mandatario, un negacionista de la pandemia y uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad del coronavirus en el mundo, no se ha manifestado sobre el diagnóstico positivo de su hijo.
Lee también: Alberto Fernández comparó a los que protestan contra la cuarentena con los terraplanistasAdemás de Renan, el propio Bolsonaro y la primera dama brasileña, Michelle de Paula Firmo, contrajeron el virus. Asimismo, ocho de los 22 ministros del Gobierno brasileño han dado positivo por el Sars-CoV-2, causador de la COVID-19, así como 12 de los 27 gobernadores regionales del país.
Brasil, con 210 millones de habitantes, es en números absolutos el segundo país del mundo más afectado por la emergencia sanitaria, por detrás de Estados Unidos, y ya acumula más de 106.000 muertos y 3,27 millones de contagiados por coronavirus.
Cinco meses después de la confirmación del primer caso, a finales de febrero, la pandemia todavía no da señales de estabilización en el gigante sudamericano que, sin embargo, prosigue con su acelerado proceso de desescalada.