La tarde de este miércoles, David Grusch, un retirado mayor de la Fuerza Aérea que sirvió durante 14 años, testificó bajo juramento en el Capitolio y aseguró que está "absolutamente" seguro de que el gobierno tiene naves y restos biológicos no humanos guardados.
Conmoción generó este miércoles el
testimonio de un ex oficial de inteligencia del Pentágono, luego que afirmara que las autoridades estadounidenses están en
posesión tanto de naves de origen extraterrestre como de los
restos no humanos de sus ocupantes.
Se trata de
David Grusch, un retirado mayor de la Fuerza Aérea de
Estados Unidos que declaró ante un subcomité de
Supervisión de la Cámara de Representantes, encargado de
investigar los llamados "fenómenos anómalos no identificados", u ovnis.
En ese sentido, consultado por si creía que
el gobierno tiene naves y restos biológicos no humanos guardados, el oficial que sirvió durante 14 años,
respondió que "absolutamente", y
aseguró que conoce "las ubicaciones exactas" donde se encuentra esta tecnología.
Sus declaraciones sorprendieron todavía más cuando le
consultaron si se recuperaron cuerpos desde algunas de las naves estrelladas.
"Los restos biológicos vinieron con algunas de estas recuperaciones", dijo, recalcando que
"no eran humanos".
Finalmente, Grusch concluyó su intervención hablando sobre las
repercusiones de las que ha sido víctima tras hacer público su testimonio. "
Lo llamo terrorismo administrativo. Es una
herramienta en su arsenal para silenciar a las personas, especialmente a los funcionarios gubernamentales de carrera", expresó.
Piden un sistema "transparente y seguro"
Ante la abundancia de testigos,
en muchos casos pilotos, tanto militares como civiles, los integrantes del subcomité demandaron a que el Gobierno estadounidense
establezca un sistema "transparente y seguro" para que estos incidentes puedan ser reportados ante las autoridades
sin dañar la reputación de los testigos.
El teniente Ryan Graves, un
antiguo piloto de un avión de combate F-18 de la Marina estadounidense, señaló en su declaración inicial que "si los ovnis son drones extranjeros,
son un urgente problema para la seguridad nacional".
Graves añadió que
si los ovnis no son de origen humano, "es un tema para la ciencia. En cualquier caso, los objetos no identificados
son una preocupación para la seguridad aérea".
Otro de los testigos, el comandante David Gravor, también piloto retirado de la Marina, testificó como
presenció en 2004 un ovni con la forma de un "tic tac", un popular caramelo norteamericano que aparenta una píldora, con
capacidades de vuelo imposibles para la tecnología de los Estados Unidos.
Graves declaró que si los Estados Unidos posee ese tipo de tecnología,
"necesita ser supervisada" por los legisladores, que son los que tienen que
decidir que es lo mejor para los intereses de los estadounidenses.