El caso de Aya Khamees marcó un precedente en Egipto, donde las mujeres temen denunciar porque pueden terminar en la cárcel. Aunque los cargos en su contra fueron retirados, tuvo que someterse a un programa de rehabilitación para "reformarse".
La historia de Aya Khamees (18), una joven que fue violada y arrestada en Egipto, está dando la vuelta al mundo a modo de testimonio de la realidad que viven millones de mujeres en ese país.
La joven denunció que fue violada dos veces durante una noche de mayo en un hotel a las afueras de El Cairo, donde se había juntado con amigos a beber cerveza, comer pollo con arroz y fumar hachís.
La fiesta desobedecía la estricta ley egipcia que prohíbe que hombres y mujeres solteras se reúnan en privado.
La agresión habría ocurrido a eso de la 1 AM, cuando un joven la acompaño a una habitación pretendiendo consolarla tras una pelea. Fue entonces cuando le puso un navaja en la cara y la violó.
Otros dos invitados la filmaron intentando vestirse tras el ataque, visiblemente agitada. En el registro se escucha a un hombre haciendo un comentario obsceno sobre ella y se ve cómo Khamees recibe una fuerte cachetada. El video fue publicado en Internet al día siguiente.
Esa noche, la joven fue a una comisaría para denunciar la violación. Estaba golpeada y lucía moretones, pero la policía desestimó su testimonio y la enviaron a otro recinto. Sin saber a quién acudir, tomó su celular y difundió su relato en TikTok, donde tenía cientos de miles de seguidores.
Lee también: Detienen a instructor de equitación acusado de violar a una alumna de 16 añosSu video, en el que emplaza al Gobierno a respetar sus derechos, se volvió a viral y a los pocos días la policía arrestó al violador, pero también a los otros invitados y a la misma víctima. Khamees fue acusada de prostitución, consumo de drogas y de un delito incluido recientemente en el código penal de Egipto: violación de los valores familiares.
Una campaña en redes sociales con hashtags que pedían justicia consiguió que la atención de los medios se volcara sobre su caso. Después de tres meses de libertad condicional, fueron retirados los cargos en su contra.
"Al principio, el gobierno no me iba a ayudar", dijo Khamees en a The New York Times. "Pero cuando la gente habló, cuando mi historia se convirtió en un caso público, las cosas cambiaron", agregó.
Durante los tres meses de libertad condicional, Khamees tuvo que realizar un programa de rehabilitación para "reformarse" y "corregir sus conceptos".
El sospechoso, Bassam Hanna (25), dueño de una botillería, ha rechazado los cargos en su contra. El juicio ya comenzó y se espera que comparezca ante los tribunales en diciembre.
Lee también: Daniela Vega anuncia querella por violento videojuego que incita a matarlaLas mujeres violadas en Egipto sienten terror de denunciar por temor a acabar en la cárcel. Por eso, el caso de Khamees sentó un precedente al exponer su identidad públicamente y confrontar a su violador y sus cómplices.
“Quiero que las personas que me lastimaron vayan a la cárcel”, dijo. “Caminaré con la cabeza en alto o desataré un infierno en este país. Mira lo que logré hacer con un video de cinco minutos", añadió.