Conmoción causó en Brasil la muerte de un niño de 5 años tras caer por el ducto de la ventilación del noveno piso de un edificio.
La madre de Miguel Otávio Santana da Silva, Mirtes Renata Souza, lo llevó el pasado martes hasta la casa donde trabajaba como asesora de hogar ya que, debido a la suspensión de clases producto del coronavirus, no tenía dónde dejarlo.
La mamá de Miguel había sacado a pasear al perro de su empleadora, dejando al menor al cuidado de su jefa. La versión que maneja la policía indica que el niño comenzó a llorar y quiso salir en busca de su madre, por lo cual la mujer le abrió la puerta y dejó que se fuera solo en el ascensor, en un acto que muchos han calificado derechamente como un crimen.
De acuerdo al perito André Amaral, el menor se bajó en el noveno piso, donde escaló una altura de 1,2 metros. Luego se subió a una barandilla de aluminio que cedió, provocando que se precipitara desde 35 metros de altura.
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“Sabemos que el niño le estaba gritando a su madre. Posiblemente la vio paseando al perro en la calle”, dijo el comisario Ramón Teixeira, encargado del caso.
Algunos acusan que la historia refleja la segregación en Brasil, ya que la jefa es una mujer blanca, mientras que la trabajadora y su hijo son negros.
La dueña del departamento quedó en libertad al pagar una fianza de 20 mil reales, cercano a los $3 millones. Su identidad no ha sido revelada.
"Si fuese al revés, creo que ni siquiera tendría derecho a fianza. Mi nombre estaría estampado y mi cara estaría en todos los medios", dijo la madre en entrevista al canal TV Globo.
05/06/2020
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