Una impresionante crecida fue la que se logró captar en las cataratas de Iguazú, situación que llevó al cierre del acceso a la Garganta del Diablo. Allí, el agua llegó hasta el nivel de los balcones, por lo que se tuvieron que desplegar las barandas para evitar que troncos y otros elementos arrastrados por el río dañen la estructura. El caudal normal es 1.500 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, ahora superó los 10 mil, es decir, 9 veces.