La mujer de 47 años gastó el dinero para vacacionar en México, momento en el que su marido comenzó a sospechar. "Me resultaba abominable que pudiera robarle a una persona vulnerable", explicó el hombre.
El robo cometido por una trabajadora de un centro de ancianos quedó al descubierto accidentalmente y de la peor manera: autora lo confesó mientras dormía.
Este insólito hecho ocurrió en la ciudad de Liverpool, Inglaterra, donde Ruth Fort (47) robó 7.220 libras (unos 7 millones 800 mil pesos chilenos) a una mujer en silla de ruedas en un hogar de ancianos, según reportó el Liverpool Echo.
Su esposo, Anthony (61), comenzó a sospechar en el momento en que Ruth gastó mucho dinero en efectivo cuando se fueron de vacaciones a México. Un mes después descubrió la verdad.
Lee también: Guagua alertó a sus padres sobre un incendio y los salvó: No tenían olfato por el COVIDUn día el hombre se despertó y escuchó hablar a su esposa, quien seguía durmiendo, momento en el que confesó el delito. Posteriormente, encontró una tarjeta de débito que le pertenecía a una residente del hogar de ancianos dentro de su cartera.
Luego de eso, la denunció con la policía y la mujer se tuvo que presentar ante el Tribunal de la Corona de Liverpool.
"Tenía mis sospechas cuando Ruth comenzó a gastar de más. Al principio era más un instinto. Pero cuando encontré la tarjeta de débito en su bolso, lo supe", comentó Anthony al medio inglés.
Lee también: Hombre golpeó a su pareja por decir que su ex novio era más atractivo que Cristiano RonaldoAdemás, agregó que pese a que amaba a su esposa, "no podía ignorar lo que había hecho. Me resultaba abominable que pudiera robarle a una persona vulnerable y tuve que denunciarla".
"Dijo que la señora, que estaba en silla de ruedas, tenía 98.000 libras esterlinas (más de 106 millones de pesos chilenos) en su cuenta bancaria. Algo en la forma en que habló hizo que mi corazón se hundiera. Me di cuenta de que Ruth debía tener acceso a la tarjeta y al número PIN", detalló el hombre, quien finalmente expresó que "comencé a preocuparme, aunque no tenía motivos para hacerlo. Fue un instinto".