El campeón panamericano reveló en el programa Podemos Hablar detalles inéditos de su viaje recorriendo el desierto de Atacama, instancia donde estuvo a punto de perder la vida.
Santiago Ford, el
ganador del oro en el decatlón en los
Juegos Panamericanos Santiago 2023, relató
el gran peligro que corrió cuando
cruzó un campo minado sin saberlo en su intento de llegar a Chile.
El medallista abandonó Cuba y viajó a Sudamérica para comenzar una nueva vida, pero no fue sencillo. A medida que se acercaba al desierto de Atacama,
las cosas comenzaron a complicarse.
“En Perú, yo venía en bus y
la única persona que bajaron del bus fue a mí, yo creo que fueron directo a mi. Tenía 20 años”, reveló el atleta en el programa Podemos Hablar.
En medio del interrogatorio, el campeón panamericano explicó que
lo metieron a un cuarto donde le preguntaron si era consiente de que estaba ilegal en ese momento,
arriesgándose a quedar en prisión.
Pese a mencionar que
se dirigía a Tacna a regularizar su situación migratoria, le hicieron desvestirse completo. “Fue el momento más incómodo de toda mi vida. Yo me quito la ropa, me quedo en calzoncillos y me dicen 'quítate los calzoncillos', buscando si yo tenía dinero”, comentó.
Cruzando la frontera explosiva
Al lograr salir de aquel lugar, tomó un bus para continuar con su camino, instancia donde se encontró con una persona que le dio indicaciones de como cruzar la frontera.
“Me dijo 'si entras por la frontera no te van a dejar pasar, tiene que bordear toda la frontera y buscar el desierto, del desierto buscar la línea del tren, siempre hacia tu derecha. De ahí
caminas 3, 4 o 5 horas hasta llegar a Arica. Todo a pie, de madrugada'”, relató.
“Cuando llevaba 30 minutos caminando había una cerca de alambres de púa;
me pareció extraño, pero nada me iba a detener. Yo la abro y cuando me meto,
me hundo hasta las rodillas.
Estuve caminando como 30 o 40 metros la cerca y salgo. Seguí caminando, encontré la línea del tren que me había dicho la persona”, recordó.
El cansancio, el hambre y la deshidratación comenzaron a pasarle la cuenta, al ver que se acercaba al aeropuerto de Arica decidió hacer dedo ya que sus piernas “ya no lo daban
”.
“Paró un auto, me preguntó quién era, le expliqué lo que había hecho, me dijo '
usted acabó de nacer, porque esa arena, donde se hundió hasta las rodillas,
es un campo minado'. Yo no le quería creer”, señaló.