La medida fue aplicada en el Wenlock School y opera de la siguiente manera: Los estudiantes hasta 7° básico no pueden llevar dispositivos electrónicos al recinto, mientras que los de cursos superiores deben entregar los teléfonos a sus profesores jefes.
En concreto, y de acuerdo con los datos recogidos por LUN, el protocolo del colegio establece que hasta 7° básico está prohibido llevar dispositivos electrónicos. Pero desde ese curso en adelante, se opera así: "En cada sala se contará con una caja. El profesor jefe pedirá a primera hora todos los celulares y los guardará", dicen las instrucciones. Al final de la jornada, los teléfonos serán devueltos y, en caso de que un profesor lo pida, pueden ser usados como recurso pedagógico. Respecto de esto último, Carolina Pérez, en conversación con el medio citado, apuntó a que "la herramienta de trabajo la debe proveer el colegio. Si los niños deben buscar información, el colegio debe proveer el computador. Si le digo a un alumno que saque su celular de la mochila, se va a meter a cuatro cosas antes y luego verá la tarea. Los colegios deben prohibir los smartphones. Al colegio se va a estudiar, jugar y a hacer amigos". Pero en cuanto a la medida general, explicó que se respaldaría porque "acá en Chile hay una inercia increíble con el tema (…) tenemos niños adictos y hay muchos papás y profesores que tiraron la toalla". "La idea es que los colegios vuelvan a ser lugres donde los niños jueguen, se miren a los ojos, aprendan y tengan problemas y aprendan a solucionarlos. Hoy tenemos muchos adolescentes adictos al teléfono inteligente y si tú se lo vas a quitar tiene que ser con terapia siquiátrica y sicológica", expuso la educadora.Ver esta publicación en Instagram