La crisis económica por la que atraviesa la nación trasandina está incidiendo en la seguridad alimentaria de sus habitantes. Hace pocos días, Mauricio Macri reconoció el aumento de pobreza en Argentina, pero insistió que el país estaba mejor que en 2015.
“Nunca me pasó de comer una sola vez por día… ni en la crisis de 2001”.
Así describe Cecilia, una argentina de 35 años que vive en la ciudad industrial de Campana, a 80 kilómetros de Buenos Aires, el momento que vive personalmente producto de la crisis económica que vive su país.
Según consignó a El País de España esta mujer, que tiene un marido discapacitado y tres hijos, unifica la comida de todo un día a las seis de la tarde porque no les alcanza para más.
Los difíciles momentos por los que está pasando Cecilia y su familia también lo padecen otros 3,4 millones de argentinos, equivalentes al 7,9% del total de la nación, según indica el Barómetro de la Deuda Social que elabora la Universidad Católica Argentina (UCA).
Lee también: Crisis económica en Argentina: 600 conductores cesantes tras cierre de planta de la empresa chilena Metalpar“En 2018 tuvo lugar un incremento significativo de la inseguridad alimentaria severa y se explicaría principalmente a partir del deterioro de la situación de los hogares de estratos bajos en el conurbano bonaerense y en otras áreas metropolitanas”, explica Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. Las cifras de 2018 son las mayores desde 2010, cuando llegaba al 7,6% al salir de la última crisis mundial durante el Gobierno de Cristina Fernández.
Un panorama que, para un país que produce alimentos para 400 millones de personas, es alarmante y también una contradicción. Así lo cree Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina: “No tenemos una distribución equitativa de los recursos. Hay una concentración de la riqueza en pocas manos. Hay políticas que deben ser un poquito más regulatorias, tener un Estado virtuoso que esté equilibrando la cadena, porque tenemos un sector productivo que percibe valores por debajo a veces de los costes y, en la otra punta de la cadena, un consumidor que recibe precios abusivos”.
El viernes pasado en el Congreso, el Presidente Macri admitió que la "pobreza ha vuelto a los niveles de antes", donde los más golpeados eran los niños. Por eso anunció que aumentarían a partir de este mes un 46% la Asignación Universal por Hijo.
Sin embargo, el mandatario también aprovechó la oportunidad para defenderse. Dentro del balance de la gestión de su gobierno, dijo: "Argentina está mejor parada que en 2015. Mejor no significa que ya estamos donde queremos estar, sino que hemos salido del pantano donde estábamos".
Los chicos son los más golpeados por la pobreza. Vamos a aumentar a partir de este mes un 46% la Asignación Universal por Hijo. #1M pic.twitter.com/lT89GopYpm— Mauricio Macri (@mauriciomacri) March 2, 2019
En el barrio de San Cayetano, en Campana, un grupo de vecinas creó el Movimiento Evita. Allí montaron una huerta comunitaria en el terreno de la casa de una de ellas. Lo lograron gracias al llamado salario social complementario, que equivale a medio sueldo mínimo y asesoramiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Emilce Lumbrera es parte de esta comunidad y recibe en el comedor de su casa a muchas personas que comen solo una vez al día. Confiesa haber visto el hambre: “Lo ves cuando el chico se lleva lo que sobra. Entonces viene con una mochila o una botella o un jarrito para llevarse la leche”.
Lee también: Dramático caso remece a Argentina: Madre y padrastro son acusados violar y matar a hija de 4 añosEn el comedor de su casa, Emilce cuenta que recibe a muchos que comen solo una vez por día: “Acá viene una abuela con sus cuatro nietos, madres separadas, una señora con 11 hijos, otra que trabaja por horas (en servicio doméstico) y manda a las cinco nenas. Había familias que antes vivían de ir a buscar metales y cartón a la quema (vertedero) y de ahí se traían carne y verdura, pero en 2018 la cerraron y ahora vienen al comedor. O no tienen trabajo o no les alcanza la plata (dinero)”.
El Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires, donde se ubica Campana, se defiende. En 2016, crearon un programa de un vaso de leche diario para más de 400 niños y embarazadas. Además aumentaron el presupuesto de la tarjeta Más Vida para la compra de alimentos para 300 mil familias y el de los comedores escolares. Pero la ayuda no es suficiente. Lo que actualmente sucede en la ciudad de Campana es un reflejo de los difíciles momentos por los que atraviesa el país trasandino.