El estudio revela que un 46% de los alumnos tienen síntomas depresivos y muestras de ansiedad y un 54% sufre de estrés. Además, presenta preocupantes cifras sobre la calidad del sueño y los hábitos de los estudiantes.
En las últimas semanas, diversas protestas han realizado estudiantes de carreras de educación superior para manifestar su descontento por el exceso de carga académica, abriendo la discusión en la agenda del país sobre los problemas de salud mental que aquejan a los universitarios del país.
Frente a esto, se revelaron los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Salud Mental Universitaria de Chile, auspiciada por Conicyt y que contempló a 600 alumnos de la universidad Católica de Temuco, de Concepción y Tarapacá.
El sondeo arrojó que el 44% de los estudiantes ha tenido que recurrir a ayuda psicológica profesional
En concreto, según consigna La Tercera, el 33% aseguró que acudió a terapia y un 11% afirmó que está asistiendo a un tratamiento. A la vez, un 46% del estudiantado aseguró que tiene síntomas depresivos y muestras de ansiedad, un 54% sufre de estrés y un 30% presenta los tres problemas a la vez.
"Existe una mayor prevalencia a enfermedades de salud mental y eso es preocupante", explicó a La Tercera la académica e la U. Católica de Temuco, Ana Barrera, quien lideró el estudio.
Lee también: Jefe de carrera FAU apoyó protesta: “Es impresentable referirse a los estudiantes como flojos por cuidar su salud mental”Detalló además que para esta investigación "apliqué el instrumento en diferentes regiones y épocas del año y no hay mayor variación. Es preocupante que los estudiantes estén presentando sintomatologías que puedan repercutir en su bienestar emocional y desempeño".
Otros de los datos que arrojó la muestra:
La especialista destaca que, con los datos obtenidos con este estudio, no es posible atribuir los problemas de los estudiantes solo a la carga académica.
"Hay autores que dicen que la mala salud mental en esta edad tiene que ver con problemas que no se resolvieron en la adolescencia. Tiene que ver con características de personalidad, quienes tienen pocas redes de contacto y bajo apoyo social están en mayor riesgo de presentar problemas de salud mental", sostiene Barrera.