En los últimos meses se ha popularizado el uso de una cirugía destinada a combiar el color de ojos. Pese a que la intervención se ha hecho cada vez más común entre jóvenes, que consiste en el empleo de un láser y la inyección de pigmentos del color escogido por el paciente, los expertos advierten que el procedimiento no tiene evidencia científica y podría acarrear una serie de riesgos, incluidas infecciones graves y pérdida de visión.