Una vida al servicio de la ciencia, los chimpancés y el medio ambiente. La reconocida científica y activista conversó con Daniel Matamala en medio de su visita a Chile.
Una joven llamada Jane Goodall comenzó hace 64 años un viaje que aún no termina. Hoy la tiene en Chile y conversó en exclusiva con Daniel Matamala, conductor de CHV Noticias Central, para difundir su invaluable y trascendente mensaje.
Fue en 1960 cuando Jane llegó a la zona de Gombe, Tanzania para internarse a vivir junto a los chimpancés. ¿Qué sucedió después? Sus estudios revolucionaron para siempre lo que sabemos sobre nuestros primos en la evolución y sobre nosotros mismos.
"Cuando estuve con los chimpancés durante casi dos años no podía hablar de que tuvieran personalidades o mentes o emociones porque esas eran exclusivas de los humanos. Me dijeron que no podía sentir empatía con ellos, porque para ser científico tenías que ser objetivo. Si no eras objetivo, entonces no podías ser un buen científico. Y yo sabía que todo eso era una completa tontería porque el perro que tuve cuando niña me enseñó que somos parte y no estamos separados del resto del reino animal".
Hasta entonces, se consideraba que construir y usar herramientas era exclusivo de los humanos. Pero Jane descubrió que los chimpancés también lo hacen y que, también como nosotros, tienen emociones, inteligencia y estrategias para convivir en comunidad.
"Creo que la diferencia más obvia es el desarrollo explosivo de nuestro intelecto. Así que, aunque los chimpancés y otros animales como los elefantes y las ballenas y hasta los pulpos, son mucho más inteligentes de lo que solíamos pensar. Digo, ellos no pueden diseñar un cohete que llegue a Marte, y creo que esto se desarrolló, en parte en nosotros, porque en algún momento de nuestra evolución comenzamos a usar el lenguaje con palabras".
Pero ese mundo que Jane descubrió es un mundo en peligro. En 1977 fundó el Instituto Jane Goodall, cuyas misión fundamental es proteger el medioambiente, partiendo por el amenazado hábitat de los chimpancés.
"Cuando estaba volando sobre los hábitats de los chimpancés en África y ver hacia abajo a Gambi, miré con horror y vi una pequeña isla de bosque que iba a ser un parque nacional y alrededor, las colinas estaban deforestadas. Me di cuenta de que había más gente de la que la Tierra podía soportar. Eran demasiado pobres para comprar comida en otro lugar. Estaban talando los bosques simplemente para sobrevivir. Y entonces fue cuando me di cuenta si no ayudamos a estas personas a encontrar formas de ganarse la vida sin destruir el medioambiente, no podemos salvar a los chimpancés ni los bosques ni nada más".
Desde entonces, combina su labor científica como entóloga con la faceta de activista. Ha visto cómo la deforestación, la pérdida de biodiversiad y la emergencia climática amenazan nuestro entorno.
Una de sus preocupaciones actuales son los políticos que niegan el cambio climático y atacan a la ciencia y que están tomando el poder en diferentes partes del mundo.
"No creo que crean que no existe el cambio climático. No quieren admitirlo porque, bueno, existe una conexión, ¿no es así? Las grandes corporaciones convencen a los políticos para que no tomen medidas contra eso".
Pero Jane mantiene el optimismo de que las cosas pueden mejorar. Por eso, como parte de su instituto, lidera la iniciativa Roots & Shoots, un programa con cerca de 100 mil grupos de niños en 65 países y, en eso, está en Chile.
"Estos son los jóvenes cuyo futuro estamos destruyendo, y hemos estado destruyendo. Entonces, si todos los jóvenes se deprimen y se dan por vencidos, estamos condenados, porque ellos son los que heredan el desastre que hemos creado. Y si no tienen esperanza, podemos hacer algo al respecto si nos unimos y actuamos ahora".
Goodal también recibió la Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda, además de ser distinguida como Doctora Honoris Causa de la Universidad de Chile.
Pero, su parte favorita del viaje, es el encuentro con los niños en el MIM de Santiago. Para esta incansable científica y activista de 90 años de edad, son ellos los llamados a tomar la posta.
"Mi misión es dar esperanza a la gente para que tomen medidas. Y si no toman medidas estamos condenados. Y me importa, me importan, ya sabes, los animales me importan. Tengo tres nietos, me importan sus hijos, y los hijos de sus nietos", concluyó.