05/07/2019
00:51
Mindy llamaron al prototipo que compartieron en redes sociales desde Toll Free Forwarding, al que crearon tomando como base proyecciones de cómo sería la posible evolución del cuerpo humano con los cambios físicos inherentes al uso del smartphone.
Debido al uso que le damos al celular, cómo ha afectado nuestras vidas y la cantidad de horas que le dedicamos, desarrollaron un prototipo de cómo podría ser el cuerpo humano en unos años, específicamente en el año 3000, y los resultados son preocupantes.
Todo comenzó con la investigación que realizó la University of the Sunshine Coast (USC) de Queensland Australia, la que inspiró a la compañía Toll Free Forwarding a crear un modelo en tercera dimensión de cómo podríamos lucir las personas si seguimos vinculados tan intensamente a nuestros dispositivos móviles.
Al prototipo que compartieron en redes sociales lo llamaron Mindy y su cuerpo está diseñado en base a la posible evolución del cuerpo humano con los cambios físicos inherentes al uso del smartphone.
Son 6 cambios principales los que experimentaría el cuerpo: en la columna, los codos, las manos, el cuello, el cráneo y los ojos.
En la imagen se ve que tendríamos una espalda jorobada debido a que solemos estar encorvados sosteniendo el celular. "El ajuste constante de nuestra posición para mirar hacia abajo a nuestro teléfono, o la pantalla de nuestra oficina, ha demostrado que deforma partes de nuestro cuerpo que determinan nuestra postura", explican los creadores.
"Estar sentado frente a la computadora en la oficina durante horas y horas también significa que su torso está sacado frente a sus caderas en lugar de estar amontonados y alineados", sostiene Caleb Backe, un experto en salud y bienestar de Maple Holistics, al citaron para crear el prototipo.
Otra parte que vería significativos cambios es la cabeza, puntualmente el cráneo y el cerebro, ya que uno de los posibles efectos de la radiación por radiofrecuencias que emiten los celulares sería la de endurecer parte de nuestra cabeza y, por otra, puede afectar el rendimiento de nuestra memoria.
“La teoría de la evolución apuntaría a un ser humano más pequeño en el futuro. Esto se debe en gran parte al hecho de que la supervivencia ya no depende de ser la persona más grande y fuerte de la especie", reflexiona científico citado por los desarrolladores.
La mano cambiaría de tener dedos medios curvados a tenerlos completamente rígidos y curvados, como si siempre estuviéramos sosteniendo algo en la mano.
"La forma en que sostenemos nuestros teléfonos puede causar tensión en ciertos puntos de contacto, lo que provoca una "garra de texto", que se conoce como síndrome del túnel cubital", indica el mismo experto.
De la misma manera que los dedos, el codo cambiaría a una posición en 90° para facilitar el movimiento de mirar el celular. “Este síndrome es causado por la presión o el estiramiento del nervio cubital que se ejecuta en una ranura en la parte interna del codo", describe Backe.
"Esto se debe a la posición típica del brazo cuando se sostiene y usa teléfonos inteligentes, ya sea para uso general o para sostener nuestros oídos durante las llamadas telefónicas", comentan los creadores del modelo.
Otra parte de nuestros cuerpo que resentiría las consecuencias es el cuello. Debido a que estamos constantemente mirando la pantalla hacia abajo, tensando los músculos y dejándolo rígido, los músculos se acostumbrarían a adoptar esa posición como natural, haciéndonos difícil el poder erguirnos.
“Pasar horas mirando tu teléfono te tensa el cuello y te quita el equilibrio. En consecuencia, los músculos de su cuello deben realizar un esfuerzo adicional para sostener su cabeza", detalla Backe.
En los ojos se generaría un segundo párpado, ya que al estar constantemente expuestos a pantallas se produce un desgate en los ojos y dolores de cabeza. Es por eso que se proyecta un cambio evolutivo que pudiera minimizar este daños.
"Los humanos pueden desarrollar un párpado interno más grande para evitar la exposición a la luz excesiva, o la lente del ojo puede desarrollarse de manera evolutiva, de modo que bloquee la luz azul entrante pero no otras luces de alta longitud de onda como las verdes, amarillas o rojas", comenta Caleb Backe.
