El activista y ex presidente de la Fundación Iguales reveló el diagnóstico tras haber estado ocho días hospitalizado por acumulación de líquido en las capas de tejido que recubren los pulmones y la cavidad torácica. "Hay que normalizar las vidas cotidianas de los enfermos crónicos", señaló.
El
ex presidente de la Fundación Iguales y activista LGBTIQ+
Luis Larraín confirmó que tiene
cáncer de sangre tras haber sido
hospitalizado por un derrame pleural.
A través de una
publicación de Instagram, el también ingeniero civil
entregó detalles del diagnóstico el jueves y aseguró que
pronto iniciará su tratamiento de quimio e inmunoterapia.
En detalle, explicó que
estuvo ocho días internado y que, tras la afección inicial, se detectó que
fue producida por un linfoma primario de efusiones (PEL) que, en palabras simples, es un cáncer de sangre.
"Es
común en personas viviendo con VIH,
trasplantados de órganos sólidos (mi caso) y
cirróticas", señaló en la red social, añadiendo que
el pronóstico "no es bueno" pero que es mejor que en otros casos de enfermedades crónicas.
¿Qué es un derrame pleural y un linfoma no Hodgkin?
Como parte de su testimonio, Larraín declaró que el
principal motivo por el cual decidió revelar la noticia fue por la "necesidad de visibilizar y
normalizar las vidas cotidianas de los enfermos crónicos".
De acuerdo con el blog de salud de
UC Christus, un
derrame pleural es una acumulación de líquido entre las capas de
tejido que recubren los pulmones y la cavidad torácica. Los síntomas dependerán de su cantidad y velocidad de producción, mientras que el
tratamiento variará según la enfermedad de base, aunque
suele ser drenado o sometido a una pleurodesis (sellamiento pleural).
El
linfoma no Hodgkin, por otro lado y según el mismo sitio, es un
cáncer que comienza en las células del sistema inmunitario, que es el sistema encargado de combatir infecciones y otras enfermedades. "Esta
comienza cuando un linfocito se vuelve anormal. Este se divide para hacer copias de sí mismo. Las nuevas células se dividen una y otra vez,
produciendo más y más células anormales", señala.
Entre los síntomas, figuran los
ganglios linfáticos inflamados (sin dolor) en el cuello, en las axilas o en las ingles,
adelgazamiento sin razón alguna y
sudor nocturno excesivo, mientras que la
elección del tratamiento dependerá del tipo de linfoma no Hodgkin que se presente, de su estado de avance y la edad, entre muchas otras consideraciones.
La recomendación es
acudir y consultar a un médico en caso de presentar cualquiera de estas anomalías, con el fin de tener un diagnóstico a tiempo e iniciar el respectivo tratamiento y, así, tener un buen pronóstico de la enfermedad.