Edwin Arrieta, el cirujano plástico colombiano que fue brutalmente asesinado en Tailandia, desde hace años que viajaba a Chile para realizar procedimientos estéticos. Este médico, según información de la prensa internacional, se movía entre Colombia, Brasil, Argentina y Chile. Este último, un destino recurrente en el que realizaba a sus pacientes lipoesculturas y abdominoplastías, principalmente en Viña del Mar y Santiago. Tras su muerte, se revelaron una serie de denuncias de mujeres que acusan mala praxis en sus intervenciones.