Matías Palma tuvo una asfixia al nacer y eso provocó que su sistema motor se viera afectado, principalmente con la dificultad de mantener sus piernas de manera derecha. La danza es su manera de enfrentar “la guerra interna” con la que lucha día a día. Según relató, su carrera como bailarín comenzó en el momento que conoció a los Power Peralta: “fue como un fuego que bajó del escenario y llegó a mí”, expresó.