Chile se convirtió en el primer país del mundo en ratificar este tratado sobre aguas internacionales, luego de que el Senado lo aprobara de forma unánime.
El Senado aprobó, de manera unánime, la ratificación del Tratado Global de los Océanos, sobre la conservación de la biodiversidad marina en alta mar, convirtiéndose en el primer país del mundo en suscribir dicho acuerdo. El tratado aborda la conservación y protección de biodiversidad marina más allá de la jurisdicción nacional (BBNJ por sus siglas en inglés), acordado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), es decir, en alta mar.
El ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, señaló que la "aprobación de este tratado confirma vocación oceánica que ha tenido nuestro país". Hace solo unos meses, el canciller ofreció a la ciudad de Valparaíso como sede la secretaría de BBNJ. Por su parte, Estefanía González, subdirectora de Campañas de Greenpeace, comentó que "es uno de los tratados ambientales más importantes de las últimas décadas y en el que, a lo largo de todo su proceso, los países de nuestra región y particularmente Chile, tuvieron un rol clave liderando su debate".
El tratado pone atención al impacto ambiental de las actividades y facilita la cooperación entre países en materia de tecnología marina sobre las aguas internacionales, que hasta ahora han sido gestionadas sin jurisdicción clara.
Además, el acuerdo crea un marco entre los países sobre los beneficios del mar. Por ejemplo, en el eventual caso de un descubrimiento de recursos marinos que se puedan patentar y utilizar en investigaciones de medicina. Sin embargo, pese a su aprobación, el tratado debe estar ratificado por al menos 60 países miembros de la ONU para que pueda entrar en vigencia, cuestión que se espera ocurra antes de la Conferencia sobre los Océanos, pactada para 2025.