Según relató el hermano del presidente Gabriel Boric, las agresiones ocurridas el pasado 1 de septiembre iniciaron cuando confrontó a encapuchados que intentaban ingresar a un local de comida rápida con la intención de saquearlo.
El jefe de prensa de la Universidad de Chile y hermano del presidente Gabriel Boric, Simón Boric, entregó su declaración ante la Fiscalía Metropolitana Centro Norte en el contexto de la investigación por la golpiza que recibió el pasado 1 de septiembre en el frontis de la casa de estudios.
De acuerdo con su testimonio, que fue consignado por El Mercurio, el origen de la agresión fue cuando encapuchados intentaron ingresar y saquear un local de comida rápida que quedaba a pocos metros de su lugar de trabajo.
“Me acerqué a estos sujetos y los encaré, les dije que su actitud no aportaban absolutamente nada, ya que están atacando a gente trabajadora, ante lo cual dos sujetos que se encontraban saqueando el local comercial, se me acercaron y me dijeron ‘qué te metí, conch…'", señaló.
Posteriormente, Boric indicó que dos sujetos le propinaron golpes con elementos que portaban. "Uno me agredió con un palo en mi cabeza y el otro me golpeó con un puñetazo; sin embargo, un señor me tomó del brazo y me intentó defender”, explicó.
“Se me acercó una mujer y me escupió en la cara. Se me fueron acercando más personas, las que comenzaron a agredirme con patadas y combos“, aseguró.
El hermano del mandatario también recordó que alcanzó a golpear a un sujeto que se encontraba muy cerca suyo y que lo agredía con una bolsa. "Solo intenté defenderme y escapar rápidamente del lugar, pero no pude hacer mucho, ya que la turba de personas no me permitía avanzar”, sostuvo.
“Estas personas me gritaban groserías, tales como: ‘cuico cul… te vamos a sacar la chu…’, ‘péguenle más fuerte’. Esta situación me asustó mucho y temí por mi vida”, señaló.
Finalmente, el periodista relató que le quitaron el teléfono, por lo que tomó su billetera para que no se la llevaran. “Pasados unos minutos, sentí que una persona se lanzó sobre mí, y al mirar su rostro, me di cuenta de que se trataba de mi compañera de trabajo, quien intentaba ayudarme para que no siguieran golpeándome. Varios compañeros de trabajo comenzaron a dispersar a los agresores“, finalizó.