
Felipe Herrera huyó de Chile tras denuncias por agresiones previas y terminó acusado de asesinar a su pareja en Córdoba
Felipe Herrera enfrenta la posibilidad de cadena perpetua en Argentina, tras ser acusado del femicidio de Christelle Heredia en Córdoba.
El chileno, quien ya tenía antecedentes por violencia de género, escapó de la justicia chilena en 2022 luego de una orden de detención en su contra.
Su historial de agresiones a ex parejas revela un patrón de violencia que culminó en un crimen brutal, por lo que la familia de la víctima dice que era una muerte que se pudo evitar.
Felipe Herrera contaba con dos denuncias previas en Chile antes de huir a Argentina.
Su primera denuncia data de 2013, cuando atacó a una mujer en una discoteca rompiéndole un vaso en el rostro.
Más tarde, su ex pareja de colegio y universidad relató episodios de celos y agresiones físicas.
"Como pareja era celoso, pero para mí en ese tiempo era una inmadurez e inseguridad propia de su edad", señaló respecto al inicio de su relación.
Durante la pandemia retomaron el contacto durante un mes, pero en una discusión y tras consumir alcohol, Felipe mostró un cambio de actitud que terminó en una brutal golpiza.
"Me pregunta cosas de mi pasado... Le da un ataque de celos, me comienza a gritar, me encierro en mi pieza. Luego patea la puerta, hasta romperla. Se abalanza sobre mí, me asfixia y me golpea" relató.
La mujer interpone una acción penal en su contra, quedando con orden de alejamiento por un año.
En octubre de 2022, Jael Bitrán, su última pareja en Chile, decidió denunciarlo tras sufrir agresiones físicas al irse a vivir con él.
En ese momento, descubrió que no era la única víctima y que Herrera ya tenía antecedentes por violencia.
Tras la denuncia, la justicia chilena emitió una orden de detención en su contra, lo que lo llevó huir del país.
A pesar de su historial, logró instalarse en Córdoba, donde inició una relación con Christelle Heredia y en junio de 2024, el chileno terminó con la vida de la mujer tras atacarla con un cuchillo.
El caso reabre el debate sobre la efectividad de la justicia y la falta de coordinación internacional para frenar a agresores reincidentes.
Mientras tanto, la familia de Heredia clama justicia, exigiendo que Herrera enfrente la pena máxima por su crimen.