El ingreso de vehículos motorizados a la orillas de playa en nuestro país está siendo cada vez más común, pese a que existe una ley desde 1998 que lo prohíbe para evitar la destrucción de un ecosistema cada vez más golpeado. Las ruedas y la acción humana están perjudicando a una flora y fauna que se está destruyendo poco a poco. Los detalles, en la siguiente nota.