La estudiante de pedagogía conversó con CHV Noticias luego de haber sido violentada. Contó cómo fue el proceso de la denuncia, reflexionó sobre la educación sexual integral y enfatizó en la relevancia del apoyo psicológico. "Vivimos en una sociedad enferma" relató.
El pasado jueves 20 de abril, una estudiante de pedagogía en Educación Parvularia realizó una impactante denuncia a través de Twitter, respecto a un ataque sexual del que fue víctima al transportarse en un vagón del Metro de Santiago.
La publicación fue ampliamente viralizada, e incluso Metro respondió a la denunciante ofreciendo la ayuda necesaria relacionada con los protocolos internos de la empresa. No obstante, según su testimonio, le dijeron que no podían hacer más porque el agresor "no la había seguido".
CHV Noticias conversó en exclusiva con Rocío, quien relató que al salir de la estación Santa Isabel sintió su calzón húmedo, al igual que su pantalón, señalando que sería semen la sustancia pegada a su ropa."Me dirigía desde la universidad hacia Providencia. Me iba a juntar con un amigo antes de irme a la casa. Mientras lo esperaba me quedé haciendo hora en el Metro. Luego salí al exterior y nos encontramos. Caminamos diez metros y sentí húmedo el calzón. Me toqué el pantalón, vi mi mano y dije 'no creo que sea lo que estoy pensando'. Le pregunté a mi amigo si era semen o no. Lo miró y me contestó 'me da pena pero te tengo que decir que sí'" explicó la estudiante.
Tras el hecho, buscaron un lugar para que cambiarse de ropa, ya que conforme a sus palabras, venía de la práctica, por ende, tenía otro vestuario en su mochila.
"Pasamos a un supermercado, me pusieron un poco de trabas para utilizar el baño, y una chica que trabajaba ahí me ayudó. Me sacó la foto, luego saqué la ropa, la envolví en toalla nova y la guarde porque pensaba que podía ser útil, pero al llegar a la casa me dio mucho asco la situación y boté la ropa por el conducto del edificio", narró.
"Hasta mi calzón estaba manchado. Yo no sentí nada menos mal, agradezco eso. Si hubiera visto la cara de la persona, su imagen estaría dando vueltas en mi cabeza una y mil veces", agregó.
Al otro día no quería levantarse para ir a su práctica profesional. "Tenía miedo, había dormido mal. Ahí decidí contarle a mi familia. Conversamos. Es difícil faltar a la práctica y no puedo dejar que esto me imposibilite, así que mis padres me dieron la posibilidad de ir en Uber", relató.
"Pude levantarme de la cama y salir. Otras chicas no van a poder. Nadie tiene que pasar por lo que yo pasé, pero sé que va a seguir ocurriendo, al menos puedo advertir. Hay gente mayor que comentaba que no sabía de estos ataques, pero también hubo gente que me me dijo que en dictadura sucedía mucho. Es algo de años. Quiero que esto sirva para visibilizar la situación y así poder ayudar a otras chicas", señaló.
En el mismo sentido, la mujer indicó que "hay que enseñar a la sociedad y a los hombres en general a no hacer este tipo de cosas, más que a la mujer a cuidarse. Vivimos en una sociedad enferma y es lo que podemos hacer, advertirnos y cuidarnos entre todas".
Tras los hechos, y luego que Metro se contactara con la estudiante, le sugirieron denunciar la situación ante algunos colectivos feministas, pero como botó la ropa, pensó que no le iban a creer.
"Es más, me cuestionaron el no haber hablado con los guardias, pero yo solo quería irme de ahí. En la línea 5 es fácil encontrar guardias, pero en la línea 6 es muy difícil, ya que está todo tan automatizado que no ves a humanos. Ante urgencias no sabes a quién recurrir. Fue triste que me lo cuestionaran", expresó.
En ese preciso momento fue que llamó a Carabineros, quienes llegaron hasta su universidad para llevar a cabo la denuncia de manera formal. Llegaron dos uniformados aunque ella esperaba al menos una mujer. "El carabinero igual tuvo empatía porque a su hermana le había pasado algo así, entonces no puso en tela de juicio mi testimonio", manifestó.
Sin embargo, la mujer dijo que hubo actitudes de los uniformados que no le parecieron bien de acuerdo al contexto de la denuncia, algunos comentarios. Al final del procedimiento, cuenta la mujer, los efectivos policiales le habrían sugerido que usara ropa más larga para protegerse de este tipo de actos condenables. "Yo le dije esa no es la solución y me dijo 'pero si te pasa de nuevo, no te manchas con semen tus pantalones o tu ropa interior y sí el chaleco que te cubre'", precisó.
En este sentido comenta que "no los culpo, pero deberían tener una capacitación para tomar este tipo de testimonios".
Recomendación de carabineros: Estar más atenta y usar ropa o poleras más largas que me cubra el trasero para que si me pasa otra vez, por lo menos no se manchen ni mis pantalones ni mi ropa interior.— Me llamo Rocío 🌳 #APRUEBO (@HowMany_R) April 21, 2022
Tras los hechos, la adolescente aseguró que en Educación Parvularia, algo que reflexionan constantemente es que se repiten los patrones desde pequeños. "Nosotras como educadoras velamos mucho por la educación sexual integral, enseñándoles desde chicos que hay que respetar, que no hay que sobrepasar límites de otros, que el cuerpo es un templo y que nadie tiene que tocarlo o atentar contra él. Es un tema de educación", enfatizó.
"En Chile, por tabú o por mala información, creen que vamos a hipersexualizar a los niños. Escuchan la palabra educación sexual integral y piensan que vamos a tratarlos como adultos, cuando en realidad se les enseña desde chicos, desde la sala cuna incluso, que hay que respetar el cuerpo para que no se repitan patrones cuando sean más grandes", complementó.
"No solo hay que enseñar a las hijas a cuidarse, sino que a los hijos a no repetir esas conductas porque eso nos tiene mal como sociedad. Que una mujer no se sienta segura de salir a la calle es inaceptable, sea de día o de noche, o por cómo anda vestida. Es un problema de base", añadió.
Al ser consultada por cuál es el objetivo de su denuncia, afirmó que por ahora no quiere buscar culpables porque sabe que no se va a lograr. "Espero que se genere conciencia y que a nivel país hagamos el cambio radical. No será de aquí a mañana que dejen de haber abusos en el metro, pero de aquí a diez años quizás hagamos el cambio real en la educación que es fundamental para tener una sociedad sana", declaró.
Finalmente la mujer reflexionó sobre las miles de mujeres que les pasa algo similar a su caso, y que no tienen acceso a una atención médica psicológica. "Es muy difícil optar por salud mental. Más que quedar preocupada por mí, porque sé que tengo el apoyo de mi familia y lo puedo financiar, me preocupa que quizás cuántas mujeres no pueden y se quedan con el trauma, con miedos e imposibilidades, porque es muy intimidante que te pase algo así, saber que no estás segura en un recorrido tan rutinario como el salir de la universidad"
"Si pudiera soñar en colores, me gustaría pensar que cada mujer que vive situaciones horribles tuviera acceso a una red de apoyo como la que estoy recibiendo en estos momentos", añadió con relación al tema psiquiátrico.
"En la mañana tenía miedo, pero pude enfrentarlo al tomar el metro. Mirar para todos lados y ojalá irme al fondo y quedar con la espalda cubierta en las puertas. No es agradable. Uno como mujer siempre está alerta. Siento una diferencia entre mi yo de ayer, y mi yo de hoy. Estaba paranoica en el Metro. No quería que alguien me mirara. Es algo que marcó un antes y un después en mi vida", sentenció.
[OJO 👀]
Así es como opera el personal capacitado para acoger las denuncias de acoso en el @metrodesantiago.
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☎1488, Fono denuncia.
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