La economía circular, que aprovecha los recursos por medio de la reducción, reutilización y reciclaje, es una de las alternativas más potentes para enfrentar el futuro, sobre todo si se toman en cuenta los retos que enfrenta la sociedad con el acelerado cambio climático, la deforestación o el agotamiento de los recursos naturales.
Sin embargo, pese a que en los últimos años han surgido más iniciativas que promueven la sustentabilidad, actualmente Chile sólo recicla el 17% del plástico que consume al año.
Gran parte de los vasos, botellas y platos que utilizamos terminan en el océano. Según cifras del Ministerio de Medioambiente, en 2018 se registró el retiro de 360 toneladas de basura de las costas chilenas, donde el 86% era plástico.
Para contribuir al medioambiente son necesarias las iniciativas comunitarias y empresariales. Patricia en Renca y Yanet en Quilicura, por ejemplo, recogen y clasifican a diario cartones, botellas, nylon o latas para darles un nuevo uso.
Por su parte, Coca-Cola lidera una campaña mundial llamada “Un mundo sin residuos”, que busca fortalecer la conciencia medioambiental de las personas por medio de la recuperación, reutilización y reciclaje de botellas.
El puntapié de esta iniciativa se dio en la plaza de Renca, comuna en la que se instalarán 17 contenedores de botellas plásticas PET que en los próximos días serán distribuidos en distintos puntos, como colegios o sedes sociales, con el fin de acercar los puntos limpios a los vecinos.
“Con esto queremos darle una segunda vida a nuestros envases, que son 100% reciclables. Se pueden hacer fibras para elaborar tejidos que terminan siendo ropa, hasta cajas para otras cosas, otro tipo de envases para distintos alimentos, en fin. Tiene un montón de usos el PET, que es un plástico muy noble en ese sentido”, explica Daniel Vercelli, director de sustentabilidad en Coca Cola Latinoamérica.
Precisamente, otra de las contribuciones de la compañía al cuidado medioambiental es distribuir botellas 100% reciclables, lo que también será informado a los consumidores a través de un sello que por ahora estará presente como etiqueta en las aguas Benedictino.
El objetivo es que de aquí a 2030 la totalidad de estos envases logren ser reciclados o reutilizados, haciendo que este logo se convierta en una admirable realidad.
20/06/2019
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