Más de 160 pacientes con artritis reumatoide denuncian que hace un año no reciben el fármaco que detiene el avance de la enfermedad. No se los entregan en hospitales y tampoco lo encuentran en farmacias. Hay alerta por un quiebre de stock en un medicamento que, además, al ser parte de la canasta GES, debería estar asegurado por ley. El gasto anual del fármaco es superior a 800 mil, valor que muchos de los pacientes no pueden costear. "Si no lo tiene uno, le dan crisis de dolor y se va agudizando más la enfermedad", dice una de ellas.