"Me realizó tocaciones. Me tocó mi seno derecho y para la última consulta, me tomó de las caderas y me las presionó como cuando estás en intimidad y se erectó", relata una joven que cuando tenía sólo 14 años fue víctima de abuso sexual por parte de un kinesiólogo.
Otra mujer, que tampoco quiso dar a conocer su identidad, denunció ante el Ministerio Público que fue abusada al interior de la consulta.
"Yo fui a hacerme kinesioterapia en un lugar y mi kinesiólogo me abusó sexualmente. Se aprovechó de que yo tenía una ignorancia sobre procedimientos médicos para tocar mi vulva y ponerme en posturas sexuales y tocar mi cuerpo cada vez que podía", lamenta la joven.
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Cinco acusaciones en su contra
El profesional al que ella denuncia es el mismo que recuerda la otra víctima. Se trata del kinesiólogo Arturo Orellana Ulloa, quien está formalizado por el delito de abuso sexual reiterado.
Según el Ministerio Público, hay al menos cinco denuncias en su contra. "El imputado, en el contexto de un tratamiento kinésico, aprovechaba para realizar tocaciones a diferentes víctimas. La Fiscalía logró recabar antecedentes suficientes para poder imputarle tales delitos", asegura Juan Sebastián de la Fuente, fiscal a cargo del caso.
En 2015, el mismo kinesiólogo había sido investigado por el delito de ultraje público, del cual resultó sobreseído. Otras dos denuncias por abuso sexual en su contra no prosperaron. Su último trabajo era en un centro médico de Concón, donde una joven denuncia que la abusó sexualmente hace apenas tres semanas.
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"Me pone boca arriba, con las piernas flectadas y yo tenía que hacer fuerza con mis rodillas y yo estaba en calzones, porque él me había pedido y me empieza a tocar muy bruscamente y le digo 'qué onda' y me dice que estaba buscando mi sínfides púbica, que estaba entre los huesos de las caderas y que él me quería mostrar el hueso", cuenta la víctima.
Incómoda, relata que no supo cómo reaccionar y el kinesiólogo siguió: "Va de nuevo y me empieza a manosear y de nuevo yo me echo para atrás espantada y me comienza a decir si tengo cayo óseo y le digo que yo sé claramente que no tengo cayo óseo, y le entregué una radiografía que demuestra que no tengo cayo óseo".
"Te cuestionas, porque este gallo no está con actitud de hacer algo malo, está tranquilo, como un profesional. Yo siendo psicóloga nunca pensé que me podía pasar algo así y no darme cuenta de inmediato de la violencia, la transgresión", lamenta la joven.
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El alto estándar probatorio es una traba para conseguir condenas y un desincentivo para denunciar, dicen desde la fundación para la confianza. "Hay más razones para silenciarse que para hablar, por eso necesitamos un giro en la manera en que se lleva la justicia", comenta José Andrés Murillo, director ejecutivo de la organización.
Arturo Orellana permanece en prisión preventiva y el plazo para investigar es de 60 días. Su defensa, en tanto, no quiso hacer declaraciones.
29/09/2020
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