En medio de un calentamiento global que sería irreversible, un lapidario informe reveló una grave realidad que tiene Chile en materia medioambiental, teniendo a la Superintendencia de Medioambiente bajo la lupa. "No ha habido ningún rol de fiscalizador, hemos denunciado innumerables veces las irregularidades y nunca hemos sido escuchado", indican activistas. En ese sentido, miles de denuncias ingresados por ciudadanos nunca fueron gestionadas ni menos fiscalizadas. Pasan los años y no hay respuesta alguna. Desde el organismo en cuestión señalan que "no dan abasto y que para cubrir la brecha de lo que demanda la ciudadanía hay una distancia abismante".