Tras los paisajes que entrega el desierto en los alrededores de San Pedro de Atacama, existe una problemática que mantiene en alerta a las comunidades indígenas vecinas: La falta de agua y la afectación de humedales y otros ecosistemas considerados ancestrales, provocados, dicen, por la actividad minera. Una empresa ya fue sancionada en más de $6 mil millones por daño ambiental, y otras tres enfrentan procesos sancionatorios relacionados con la afectación directa del Salar de Atacama.