En pleno desierto de Atacama, cercano a la frontera con Perú, es uno de los territorios donde la tierra es la más seca e inhóspita del mundo. Sin embargo, hay quienes se han empeñado en demostrar lo contrario.
Como es el caso de Juan Campos, quien cultiva aloe vera y tunas en pleno desierto. “En el fondo son desafíos y necesidades”, explica.
Ha tenido que ingeniárselas para dosificar agua y así producir dentro de lo que está al alcance, pero era la opción si realmente quería vivir en esta tranquilidad.
Juan es uno de los tantos que han optado por dedicarse a la agricultura.