En este sector del centro de la capital, los vendedores ambulantes han bloqueado al comercio formal que ahora apenas se ve entre la muchedumbre; además, no pagan impuestos ni patentes y la mercadería es robada, falsificada o está vencida.
El Paseo Ahumada, ubicado en el corazón de Santiago es un lugar que por décadas ha sido un polo de atracción turística y comercial, pero que también convive con rincones en que proliferan delincuentes y bandas organizadas que se dedican a engañar y a robar. De la mano del comercio ambulante, la tensa realidad que se vive en este sector del casco histórico de la capital, se ha extendido por todo el popular paseo peatonal. Los comerciantes ambulantes han invadido y se han apoderado del espacio público, transformándolo en un sitio intransitable, con el lucrativo negocio que se esconde detrás de las ventas irregulares. Además, han bloqueado al comercio formal que ahora apenas se ve entre la muchedumbre; no pagan impuestos ni patentes y la mercadería es robada, falsificada o está vencida. Con respecto a cómo operan estos comerciantes ilegales, cabe señalar que las bandas están sumamente organizadas y a través de WhatsApp se advierten unos a otros de la presencia de personal policial o municipal. Asimismo, los delitos violencia han incrementado en el barrio.