19/03/2021
23:21
Los padres de Astrid Vera, de nueve años, aseguran que en el establecimiento no se siguieron los protocolos en el momento del accidente. Mientras, el director del establecimiento se negó a declarar ante la PDI y más de un año tuvieron que esperar para que desde la Fiscalía les enviaran una inédita carta.
Astrid Vera, una niña de nueve años, perdió parte de su dedo tras manipular, sin supervisión de un adulto, una máquina de ejercicios que estaba dentro de su colegio, ubicado en Putaendo.
Su padre es bombero y acudió a la emergencia. Asegura que en el colegio no se siguieron los protocolos en el momento del accidente y que, de hecho, fue él quien llevó a su hija al hospital ya que nadie llamó a la ambulancia. "Eso no debiese haber estado ahí solo. Tiene que haber un responsable", dice su madre.
Pusieron una denuncia ante el Ministerio Público para determinar las responsabilidades, pero pasó casi un año para que la Fiscalía respondiera con una carta errada que se refiere al delito de amenazas. Desde el organismo reconocieron la equivocación y aseguraron que enviarán una nueva misiva correspondiente al delito de la causa.
Hasta ahora, nadie se hace responsable y el director del establecimiento se negó a declarar ante la PDI. En tanto, la Fiscalía archivó temporalmente la investigación del caso por falta pruebas. Por su parte, la recuperación de Astrid ha sido lenta, sobre todo la reparación emocional. "Todo le da vergüenza. Hoy, tú ves a una niña totalmente apagada", cuenta su madre.
