Jimmy Chacón estaría a la cabeza de la organización que utilizó este cotizado método delincuencial para sustraer millones en al menos nueve atracos, uno de ellos registrado en el Teatro Caupolicán. Tras su presunta salida del país, se teme que su sobrino haya aprendido y opere en su ausencia, pero esperan que eso solo sea una sospecha.
Para llevar a cabo un proceso de oxicorte se necesita oxígeno, gas, sopletes, reguladores de presión y la técnica precisa. Quienes se dedican a esto en la delincuencia no son muchos, y generalmente son reclutados para trabajos que les encargan, desde cajas fuertes a grandes bóvedas. Es un oficio tan importante para ellos que se han encargado que el método perdure, traspasando el conocimiento a nuevas generaciones que en la pandemia hicieron su aparición. Jimmy Chacón es uno de ellos y su último golpe fue en el centro de Santiago en octubre de 2020, descerrajando una bóveda y llevándose un botín de $26 millones. Según Fiscalía, utilizan inhibidores de señal para apagar las cámaras y alarmas, pero en las imágenes se puede observar que tenía un dominio de dónde estaba lo que buscaba. Él y su banda cometieron al menos nueve robos de este estilo en unos pocos meses y en un perímetro cercano, definiendo un patrón común. El emblemático Teatro Caupolicán también fue víctima de Chacón, quien robó principalmente luces para espectáculo. Carabineros de la 4° Comisaría de Santiago recuperó parte de las especies robadas, en un procedimiento que llevó a Jimmy a enfrentar a la justicia por porte de municiones, operativo en que se le incautó su celular y fue clave para su vinculación en al menos cuatro delitos. En abril habría dejado el país por un paso no habilitado, ya que estaba con arraigo nacional. Se teme que su sobrino haya aprendido y opere en su ausencia, pero esperan que eso solo sea una sospecha.