Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins son los hombres que protagonizaron el hito, en el que se esconden historias humanas, que incluyen egos, temores y varias anécdotas.
La caminata lunar de 1969 emocionó a todo el mundo y determinó la carrera espacial desatada en plena Guerra Fría. Pero, ¿quiénes fueron los tres hombres que protagonizaron el hito?
Cuando las dos grandes potencias de la época se enfrentaban por imponer sus ideas en un clima mundial extremadamente tenso, John F. Kennedy, el entonces presidente estadounidense, señaló que antes de que se terminará la década del 60 el hombre pasaría la superficie lunar. Y así fue.
Sin embargo, detrás del revuelo, el show televisivo y el recuerdo increíble de la llegada del hombre al único satélite natural de la Tierra, se esconden historias humanas, que incluyen egos, temores y varias anécdotas.
Probablemente, el primer nombre que se viene a la cabeza al recordar el hecho es el del astronauta Neil Armstrong, piloto experimentado, metódico y el comandante de la misión.
De él es la icónica frase "es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad". Oración poética, inspiradora, pero que en una entrevista reconoció nunca haber planeado, pues no estaba seguro de que la misión resultara exitosa.
Era ese el nivel de incertidumbre. Las probabilidades de que la misión se concretara eran del 50%. Lo que restaba era solo incertidumbre y desconocimiento.
Lee también: La Luna, sueños de conquista: La lucha espacial que enfrentó a dos potenciasTodas las teorías y arduos entrenamientos podían ser infructuosos en un escenario nunca antes explorado. Pese a todo, Armstrong demostró por qué era el líder en su tarea de dirigir el módulo que pensado para alunizar. Con apenas 30 segundos de combustible, y usando su instinto de piloto, dirigió la nave con precisión, dando prueba de su competencia y de sus nervios de acero.
Falleció en 2012, pero sigue siendo el astronauta más importante de la historia, no precisamente por ser amigo de la prensa. Armstrong mantuvo un bajo perfil y dedicó su vida a difundir el conocimiento espacial. Lo contrario a su compañero de nave: Buzz Aldrin.
20 minutos después de la caminata lunar de Armstrong, fue el turno de Buzz Aldrin, a quien se le adjudica haber dejado la mítica huella de su bota en la luna. La fama que llegó a su vida, tras la exitosa misión, fue bien recepcionada por Buzz o, al menos, eso pareció.
Varias son los registros que muestran a Aldrin efusivo, polémico y siempre con sentido del humor. Pero antes de convirtirse en la inspiración para los creadores de Toy Story, Aldrin enfrentó problemas de alcoholismo, separaciones y problemas judiciales con sus hijos.
Hoy es una figura reconocida, promotor de la ciencia y empresario. Pixar estudió su particular personalidad y tomó elementos de ella para dar vida al astronauta que salvaría el mundo en Toy Story: Buzz Lightyear.
Histriónico e irónico se le vio acompañando al presidente Donald Trump. El video en el que Aldrin hace muecas, mientras Trump anuncia políticas en el ámbito de la ciencia, dio la vuelta al mundo.
También han sido ampliamente viralizadas entrevistas en las que ha revelado detalles de lo que fue la llegada del hombre a la Luna, señalando, por ejemplo, que parte de la preparación del grupo de astronautas, televisada de principio a fin, fue show para la audiencia.
Poco y nada sabemos de Michael Collins. Es que este astronauta no caminó sobre la luna, mas su rol era más importante que eso.
Fue el encargado de traer de vuelta a Armstrong y a Aldrin a la Tierra. En el módulo Apolo orbitó el satélite durante las dos horas en que sus compañeros hacían la exploración lunar.
Profunda soledad dijo sentir en esos momentos, en que señaló que "desde los tiempos de Adam nunca nadie se había quedado tan solo".
Sus habilidades también se hicieron notar: los tres astronautas llegaron sanos y salvos. Todas las incertidumbres flotaron en el océano Pacífico cuando Armstrong, Aldrin y Collins cayeron en el mar, 4 días después de abordar el Apolo 11, cerca de Hawai. Culminaba la tarea encargada por el presidente Kennedy y los tripulantes a cargo se convertían en celebridades de talla mundial.