Verónica Salazar, a sus 31 años, dio a luz a su hija con 27 semanas de embarazo. Sin embargo, ella se mantenía intubada y conectada a ventilación mecánica en el Hospital Barros Luco tras contraer COVID-19. Debido a su condición de salud, debió ser sometida a una cesárea de emergencia mientras estaba inconsciente. De esa manera, su hija Paula Victoria nació prematura y luego de 40 días, Verónica despertó preguntando por su bebé, y debieron pasar dos meses para que al fin madre e hija se conocieran físicamente. Según la Sociedad Chilena de Ginecología y Obstetricia, el 11% de las embarazadas que son hospitalizadas por el virus tienen un parto prematuro, y este año en el Barros Luco se han internado 30 mujeres y dos cesáreas se hicieron en la UCI.