Desde el pasado agosto, casi 1.500 personas se han registrado a nivel nacional para autoexcluirse del casino. Una política pública que busca ayudar a quienes tienen una relación problemática con los establecimientos de juegos de azar.
La autoexclusión voluntaria está orientada a quienes tienen problemas de adicción al juego. Tras un sencillo registro mediante una plataforma on line, los casinos tienen la obligación de impedir el ingreso de la persona.
Quisimos probar si las salas de juego están cumpliendo la ley. Para eso, nos registramos en el sitio web de la Superintendencia de Casinos y fuimos hasta el Monticello y Enjoy para testear el sistema.
Hasta la fecha, 1.498 personas se han registrado para autoexcluirse. La región del Bío Bío es la que lidera los registros con 259 personas y a nivel nacional lo hacen los hombres con 921.
Política pública que especialistas en el tema agradecen y que personas rehabilitadas como Camila, quien perdió cerca de $160 millones, más su auto y departamento, realmente valora.
Lee también: Casinos ilegales: Juegos de azar que atraen a cada vez más clientes"En los casinos me trataban bien, me sentía valorada, sentía que tenía plata. Aunque entrecomillas, porque hasta te pasaban tarjetas de créditos", eso recuerda Camila, quien hace tres años se rehabilitó de ludopatía. Una adicción que comenzó por entretención, pero que al poco tiempo se convirtió en una constante.
"El hoyo era tan grande que soñaba que después me iba a ganar un premio y que iba a poder pagar todo y así se fue agrandando, agrandando. Hasta me prestaron plata en el mismo casino, y se seguía agrandando. Hasta que llegó el día en que me quería suicidar", comentó.
Según especialistas, la ludopatía, como cualquier otra adicción, produce adormecimiento emocional. Es un mecanismo defensivo para sobrevivir. Son carencias que se suplen jugando y es ahí cuando el cerebro secreta dopamina.
Carmen Gloria Morales, psicóloga experta en adicciones, explica que "la dopamina es un neurotransmisor que provoca felicidad. Es una luz grande que se prende. Y no hay nada mejor para esos efectos dopaminérgicos que ese sitio y ese lugar".
Lee también: El cielo de Santiago vuelve a cubrirse con el humo que proviene de los incendios en AustraliaClaro, porque el casino reúne todos los estímulos: el ruido de las máquinas, las velocidad con que pasan los números y las luces, sea de día o noche. Todos son parte de los elementos para que los sentidos multipliquen el placer.
Los adictos al juego siempre piensan que hay forma de recuperar lo perdido, pero lo único que hacen es seguir cayendo en un hoyo hasta que tocan fondo y recién ahí reaccionan y piden ayuda.
Por eso la Superintendencia de Casinos implementó un mecanismo de autoexclusión voluntaria. Una que ya existía, pero que era bastante limitada, porque para registrarse, la persona debía hacerlo presencialmente en el casino. Y sólo regía en ese. O sea, que si le daban ganas de jugar, podía hacerlo perfectamente en otro casino del país.
Pero eso cambió desde agosto del 2019, cunado las personas que tienen una relación problemática con el juego pueden inscribirse presencialmente o en el sitio web de la Superintendencia de Casinos. Sólo hay que poner los datos personales y los de un apoderado y automáticamente quedará autoexcluido.
Lee también: Fiscalía imputará tráfico de drogas, tráfico de influencias y falsificación de documento público a concejal Chahuán"Si se presenta alguna situación donde eventualmente el autoexcluido haya ingresado al casino y no se le haya impedido el ingreso, se puede iniciar un proceso sancionatorio que finalmente termina en multas", afirma la superintendenta de casinos, Vivien Villagrán.
Y es esto lo que decidimos poner a prueba. Una vez que ingresamos a los dos casinos en los que nos registramos como adictos, en ambos nos pidieron la cédula de identidad. La cual sonó inmediatamente la pasamos.
En ese momento nos impidieron el ingreso y llamaron a otro guardia de seguridad, quien nos explicó el proceso. Y aunque intentamos convencerlo, no hubo caso.
En ambos casinos nos hicieron una charla donde terminamos firmando un documento. Incluso desde Monticello llamaron al apoderado para advertir del intento de ingreso. En tanto que desde Enjoy enviaron un correo explicando lo sucedido.