Amenazó con renunciar al trono si no se casaba con el amor de su vida. Ese fue el ultimátum que hace más de 50 años realizó Harald V y con el que cambió a una estricta monarquía que ahora se encuentra de paso por nuestro país.
Un príncipe candidato al trono. Una plebeya hija de costureros. Dos adolescentes enamorados. Y una monarquía que se opone. Todos ingredientes de un cuento de hadas dignos de las mejores novelas de Shakespeare, pero que esta vez nadie escribió: es la historia real tras los reyes de Noruega.
"Él a los 15 años conoce a la reina Sonia, dice la historia que fue amor a primera vista", destaca Celine Mahou, directora de Trend & Lifestyle Mg Consulting.
Pero no sería un amor fácil. La monarquía noruega tiene más de 1.000 años de historia y fue Harald V el primer príncipe en nacer en Noruega en casi 600 años. Sonia en cambio era hija de padres costureros.
Ella vivía en una casa en Oslo. Él en el palacio. Por la sangre de Sonia no corría la herencia digna de realeza, en cambio en el cuerpo de Harald corría el peso de un reino que tarde o temprano estaría en sus manos.
Celine Mahou detalla que el rey Harald "desafió, contra todo pronóstico a su padre, a la sociedad, al parlamento noruego y les dio un ultimátum: 'perfecto, no me dan autorización para casarme con Sonia, por lo tanto no me voy a casar con nadie más que no sea ella'".
Con todo en contra mantuvieron un noviazgo en secreto, lo que obligó a que la familia del príncipe en ese entonces lo enviara a estudiar a Inglaterra, lejos se Sonia. Pero ella, en esa espera, enfermó obligando a su amado a regresar y tomar una decisión que remecería a la monarquía.
"Ellos desafían el amor ganan y 10 años después el amor gana y el parlamento y el rey les da la autorización para que contraigan matrimonio con su gran amor que fue la reina Sonia", dice Celine Mahou
Finalmente, contrajeron matrimonio el 29 de agosto de 1968 en la Catedral de Oslo. Por primera vez una plebeya llegaba al palacio y su historia de amor se sigue escribiendo y así lo recuerdan durante la visita que realizan a nuestro país.
"Sé que no hubo una buena impresión de nuestro matrimonio, tratamos nueve años en conseguir el permiso y finalmente lo obtuvimos por parte del gobierno y por mi padre y aquí estamos 50 años después", dice el rey Harald y reina Sonia mientras visitan la Biblioteca Nacional en una de las actividades de los reyes del país nórdico.
El calendario marcaba 17 de enero de 1991 y tanto Harold como Sofía ascendían al trono y con ello la modernización de una monarquía marcada por el mando masculino y militar post II Guerra Mundial.
"Tendemos a comportarnos normal. No es sencillo ser cercanos a la gente y aparentemente eso la gente lo aprecia y ambos creemos que es así", asegura el rey de Noruega, mientras mira a su esposa quien se mantiene a su lado en todo momento.
"Acá estamos, 50 años después, aún vivos y sonriendo", comenta el rey de Noruega mientras busca la afirmación en la reina Sonia. Una historia de amor que desafió los poderes de la monarquía.