31/08/2019
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El método se diferencia de cualquier otro, porque considera que el ser humano no sólo es cuerpo y alma, sino también espíritu. Bajo esa lógica un niño tiene pensamiento, sentimiento y voluntad.
El arte y la música como instrumentos de formación. Ese el corazón de la pedagogía Waldorf, una disciplina que cumplió 100 años en el mundo.
Basada en las ideas del alemán Rudolf Steiner, fundador de la corriente llamada Antroposofía, la pedagogía Waldorf tiene como pilar fundamental la comprensión del ser humano como un ser espiritual.
El sistema educativo se divide en tres etapas, de siete años cada una, abarcando desde el nacimiento hasta la madurez del individuo.
Lee también: “Actúen ahora o nosotros lo haremos”: Así fue la primera gran movilización liderada por Greta Thunberg en Nueva York"Lo que nos mostró Rudolf Steiner es que lo que la humanidad necesitaba es poder desarrollarse como ser humano completo", señala Pilar Salinas, profesora de Kinder del colegio Giordano Bruno.
Bajo esa lógica, el objetivo es educar la totalidad del niño, pensado como un sujeto con pensamiento, sentimiento y voluntad, que en la primera etapa de formación, a través del juego, desarrolla progresivamente la voluntad individual, la imaginación y las capacidades intelectuales.
"De los 0 a los 7 años, hasta que el niño cambia de dientes, podemos hablar que el pensamiento y la voluntad conforman una unidad", agrega Salinas.
Posteriormente, en Enseñanza Básica, el arte y la música se vuelven protagonistas y conforman el principal instrumento pedagógico para educar los sentimientos del niño.
Luego de todo eso viene el pensamiento abstracto, con el fin de no intelectualizar precozmente a los niños.
"Cuando recibimos jóvenes del tercer septenio, nos podemos preocupar de lo que va a ser su desarrollo cognitivo", sentencia Salinas.
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El ser humano tiene todas las capacidades de autoregularse, solo hay que darle la oportunidad, con confianza. Por eso, existe un profesor que les hace clases desde primero a octavo básico. El vínculo entre el maestro y el alumno es esencial y es la base del sistema de evaluación que en estos colegios se aplica.
En esta pedagogía, el énfasis no está puesto en el uniforme o en las notas. Además, hay poca tolerancia hacia los dispositivos electrónicos, por lo que no se utiliza computadores ni Power Point.
"La competencia que despierta que los niños sean calificados, va en contra de su desarrollo. Aquí no existe que un niño se sienta disminuido porque no sabe, sino que se produce una dinámica de colaboración", señala Cecilia Ascorra, profesora de 6to básico del Colegio Giordano Bruno.
Con casi 40 años de existencia en Chile, la pedagogía Waldorf es uno de los métodos de enseñanza alternativa más populares del país.
El primer colegio Waldorf en Chile fue el Giordano Bruno, fundado en 1979, por Claudio Rauch. Pero en el último tiempo se han abierto nuevas escuelas que adoptaron la idea de enseñar, a través de una permanente exploración del arte y el pensamiento abstracto.
Si en 2007 había cinco escuelas de este tipo en nuestro país, hoy se cuentan al menos 25 entre colegios y jardines infantiles.
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Según los docentes, el método Waldorf produce una actitud participativa, entusiasta, y ávida por saber. Mismo efecto positivo que se genera en los profesores.
"Uno como profesor se da cuenta cuando está logrando que ellos estén felices, que vibren y que aprendan", afirma Claudia Pizarro, profesora de inglés del Colegio Rudolf Steiner.
Con flautas, este sábado, se celebró la fundación de la primera escuela Waldorf en el mundo. 100 años después, se conmemora la fecha y se celebra la existencia de colegios Waldorf en los cinco continentes.
Hoy, una pequeña muestra del método que busca educar para la vida, está disponible al público hasta el 14 de septiembre en el centro cultural La Moneda.
