Los trabajadores del rubro han debido enfrentar sus gastos y deudas con el 10% o trabajos esporádicos, como delivery y fletes. Pero a días del regreso a clases, aún viven una incertidumbre, ya que muchas municipalidades han decidido restarse del retorno presencial de los alumnos.
Los trabajadores del rubro de transporte escolar viven una incertidumbre de cara al inicio de las clases el próximo 1 de marzo. Durante todo el 2020 fueron golpeados económicamente por la pandemia, y ahora decidieron diseñar protocolos sanitarios para regresar a su labor de manera más segura. Tal es el caso de Manuel Parra, quien declaró que "nosotros vivimos del transporte escolar, los dos trabajamos en lo mismo y los dos nos quedamos de brazos cruzados". Ana contó que "nos estamos dando vuelta con el 10%" al quedarse sin ingresos, pagando deudas con ese dinero. Otro caso es el de Teresa Garrido, quien a sus 71 años y pese a que está jubilada, continuaba trabajando como transportista escolar ya que dice que su pensión de $180 mil no le alcanza para nada. Pero tras 45 años en el rubro, decidió retirarse y poner en venta su furgón. A la espera de las resoluciones, Verónica Contreras de la confederación nacional de transporte escolar, explicó que entre los protocolos se estableció que "dentro del vehículo habrá unos adhesivos que van a indicar cómo van a ir sentados, que no pueden comer, que no pueden compartir celular", entre otras medidas. Finalmente, el gremio exige, que al igual que profesores, ser vacunados. Un proceso que inició la Municipalidad de Puente Alto pese a no estar considerada en el calendario.