Puede ser un delincuente solitario o bandas organizadas. El anonimato del ciberespacio los encubre y el uso exacerbado de redes sociales, con entrega de información personal, ha facilitado que las antiguas estafas telefónicas, se hayan transformado en los nuevos engaños por medio de mensajería instantánea.
“Le pedían el número de teléfono, RUT, dirección exacta y correo electrónico para hacer llegar, en teoría, las encomiendas a la casa”, así relata José Inzunza, quien es el hermano de una de las víctimas que logró detectar la estafa.
Aquel sería parte del modus operandi de uno estafadores bastante elaborados, quienes, además, investigaron el perfil de su hermana que vive en España. Para tal propósito, recopilaron datos desde Facebook para luego contactarse con familiares y amigos en Chile.
Toda esa elaboración previa tenía como objetivo hacerse pasar por ella y así pedir dinero. Los estafadores enviaron mensajes a través de Messenger y WhatsApp, utilizando su fotografía de perfil.
“Me pareció fatal porque ellos apelan al cariño de la familia, de los amigos para pedir dinero”, sostuvo la propia víctima, Eli Inzunza, quien reconoció el temor que sintió cuando supo que le estaban utilizando sus datos.
El monto solicitado fue de $1,2 millones para, presuntamente, liberar una carga del aeropuerto que venía con sobre equipaje. Ese fue uno de varios argumentos que enviaron a cuatro familiares al mismo tiempo.
Y por cierto, no sólo pedían transferencias de dinero, sino también recopilaban datos personales e información bancaria. El testimonio de los estafadores era bastante creíble, ya que el número del que escriben es español.
“Es sumamente fácil caer. Además que utilizan las fotos de perfil de las personas. Creemos que era un sujeto que operaba desde Chile con un número en España”, explicó José.
Lee también: Detienen a involucrado en millonaria estafa por falso concierto de Celine Dion en casino chilenoDaniela Toro fue otra de las afectadas, quien así como Inzunza, también fue contactada desde un número de España, el que constantemente ocupa fotos de perfil de distintas personas.
Utilizaron una imagen de ella sonriente y comenzaron a enviar mensajes por WhatsApp. En su caso, contactaron a una amiga que vive en Ecuador, la que la contactó posteriormente preocupado por el supuesto problema que tenía.
A su amiga le habían ido con el mismo cuento de las maletas retenidas, pero le inventaron que sucedió en Argentina. Los estafadores se dieron el tiempo de investigar en profundidad sus perfiles.
“A mi amiga le preguntaron por su hija, su abuela… cosas que la verdad ameritaban una investigación de quienes estaban intentando hacer esta estafa”, aseguró Daniela.
En ambos casos se dieron las alertas respectivas y los estafadores no pudieron concretar este delito, uno que ha aumentado en medio de la pandemia con el mayor uso de las redes sociales.
“Si colocó en una red social que tengo familiares en el extranjero, o que voy a viajar afuera de la región dejando mi casa sola, eventualmente esa información puede ser ocupada por estos sujetos”, advirtió el coronel Juan Francisco González, jefe OS9 de Carabineros.
Así operan las antiguas estafas telefónicas, las que hoy se realizan virtualmente. Para evitarlas, lo importante es restringir la cantidad de información que se pone a disposición de los ciberdelincuentes, quienes perfectamente pueden estar operando en Chile.
“Dos personas se pueden coordinar, una en Chile y una en otro país, y así mandar los mensajes para tener el dinero acá en nuestro país. Eso se puede dar, se ha dado”, afirmó el coronel González.
Por las razones expuestas, el hecho de denunciar es vital para identificar el modo en que operan estas bandas, o definir si se trata de delincuentes solitarios que están operando en el ciberespacio.