Las
armas de fuego son el instrumento clave que dota de poder a las bandas delictuales y
crimen organizado, de ahí la importancia de golpear las redes que los abastecen de estos insumos.
La PDI logró detener a un
sujeto que oficiaba como armero de innumerables bandas asentadas en la capital, cuyo arresto significó la captura de
casi una decena de delincuentes.
La pista clave fue una conversación en código que tuvo la banda sobre unas zapatillas talla 38 durante un robo con intimidación con el apodado
"El loco Murdock". Mensaje en clave que se traducía al encargo de un
revolver calibre 38, que logró dar con su detención.
La solicitud era para
Luis Pérez Guzmán, quien se
encargaba de abastecer y fabricar armas automáticas para asaltantes e incluso narcotraficantes de la Región Metropolitana, a través de un
taller clandestino donde ejecutaba estos trabajos.
Pérez mantenía una abultada agenda de clientes, por lo que según la investigación se quedaba
hasta altas horas de la madrugada bajo efectos de drogas en el taller ubicado en su propio domicilio.
Sin embargo, hoy el armero se encuentra tras las rejas tras el meticuloso actuar de la PDI.
El auge y caída del armero clandestino en el informe de Efraín Leiva.