Los vimos por primera vez en los '90 en zonas como Patronato o Meiggs, pero en los últimos años, de manera silenciosa y con un formato distinto, arremetieron con fuerza en todo el país con un abanico de productos variados y coloridos. Hablamos de los famosos malls chinos que abundan en distintos rincones de la capital y regiones. Hualqui, por ejemplo, comuna de 23 mil habitantes ubicada en la Región del Biobío, cuenta con dos malls chinos a solo una cuadra de distancia. Una amenaza para los comerciantes locales. La demanda por parte de comerciantes chinos ha aumentado el doble en el país, con un modelo exitoso ideado para que pueda ir una familia completa, sin importar las diferencias de edad o sexo. Los dueños de los recintos aseguran que es un mito que los productos made in China son de mala calidad, explicando que han mejorado exponencialmente. Un negocio que no para y que ningún organismo público o privado tiene un censo de cuántos locales hay actualmente en el país.