Ramón Sandoval transformó un camión para convertirlo en una piscina móvil con 17 mil litros de agua que recorre diferentes poblaciones de Paine. "Me pareció una idea genial y la hicimos", comentó sobre el momento en que vio al personaje llamado Otto manejando el vehículo.
Mientras dos niños en bicicleta siguen al camión, Ramón Sandoval, con sus manos sobre el volante y con 17 mil litros de agua en el vehículo, dice que es un "recolector de sonrisas". En Paine, él se ha transformado en todo un personaje gracias a su última idea: una piscina móvil.
"Estaba viendo con mi hijo un episodio de Los Simpson y apareció un personaje querido por nosotros, que se llama Otto, con una piscina móvil. Me pareció una idea genial y la hicimos", relata Sandoval.
Y de esa idea inocente, pasó a una realidad, pero no en Springfield, sino en Paine. No dudó en transformar uno de sus camiones para literalmente llevar la piscina a la puerta de las casas de sus vecinos. 9 metros de largo, un metro de profundidad y hace 12 días ofrece gratis días refrescantes a cientos de niños
Nunca nadie había apostado por algo así en Chile, incluso al pedir los permisos, la Seremi de Salud no hizo más que entregar recomendaciones como la bomba de retorno para limpiar la piscina y salvavidas,
No es primera vez que Ramón hace este tipo de actividades en su comuna.
Un tren y trineos dieron paseos gratis para la Navidad, cines ambulantes de pantalla gigante y circos gratis. Actividades que asegura no lo dejará de hacer. Dice que es una manera de retribuir lo que la vida le ha entregado.
"Me encantaría que replicaran muchas cosas que sean para los niños y la comunidad, no tan solo esto, porque no es una cosa que esté patentada y tampoco me gustaría que lo hiciera porque lucrarían con eso", comenta.
En la misma línea, destaca que "lo que pasa es que cuando haces feliz a un niño, te dura toda la vida. En cambio la plata te dura un rato", relata Sandoval, mientras llega con su camión a la población Baquedano en Paine, donde un grupo de niños lo espera para disfrutar del agua y de la generosidad de Ramón, un empresario, bombero y, como él se denomina, un recolector de sonrisas.