28/04/2019
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José Luis Díaz Atilano ejerció como máxima autoridad del establecimiento por casi una década y durante ese periodo fue acusado de cometer al menos ocho abusos contra menores de edad.
Fue en la década de los '80 cuando los Legionarios de Cristo ingresaron a Chile. Para ello debieron cumplir una condición interpuesta por el Arzobispado de Santiago que era hacerse cargo del Instituto Zambrano, un colegio de clase media que estuvo ubicado hasta el año 2012 en Estación Central.
Por más de una década el sacerdote José Luis Díaz Atilano ejerció como su director.
"Se presentó como una persona muy estricta. Le quitó un poco el carácter familiar al colegio, y prohibió el ingreso de apoderados", relató Marcelo Taborga, ex alumno del instituto.
Díaz Atilano tenía el respaldo del propio Marcial Maciel, fundador de los legionarios, sancionado por el Vaticano por abusos sexuales, y que estuvo en Chile en varias oportunidades.
"Estaba muy cómodo, era dueño y señor ahí. Podía hacer lo que quería", aseguró Verónica López, ex apoderado del Colegio Zambrano.
Cristian Moraga, otro ex alumno del Instituto Zambrano, recuerda que el sacerdote "era un regalón de Maciel. En su visita al país, él estuvo adelante, al lado de él y nosotros, el colegio, al fondo".
Es en ese contexto que Díaz Atilano fue acusado de haber abusado de al menos 8 menores de edad.
Patricio Cerda Silva, chileno y ex legionario de Cristo, fue el hombre clave que ayudó a desenmascarar el actuar de altos mandos de la legión, tras denunciar ante el entonces Cardenal Joseph Ratzinger los abusos sexuales y excesos que ocurrían al interior de la congregación.
"Hay ocho casos que me consta que hay en el vaticano. El contexto era el mismo; llevar a los niños de excursión, él como sacerdote y padre espiritual, pero hay un caso que se dio en el mismo colegio", explicó Cerda Silva, quien dejó el sacerdocio tras conocer un número de casos de abuso sexual al interior de los legionarios.
A pesar de que Cerda Silva hace alusión a una lista de ocho casos, el único que desencadenó en un juicio canónicio corresponde a una denuncia hecha en 2010. En ese juicio, se encontró culpable a José Luis Díaz Atilano y se le condenó con la pérdida del estado clerical. No obstante, este apeló y revertió la sentencia a la prohibición perpetua del ejercicio público del ministerio sacerdotal.
Luego de esto, Díaz Atilano fue sacado del Instituto Zambrano y fue enviado al Seminario Mayor de los legionarios en Salamanca, España, como castigo donde llegó en calidad de profesor sin el permiso de poder confesar.
El director de la Oficina de Comunicación Internacional de los Legionarios de Cristo en Roma, el padre Aaron Smith, reconoció ese mismo caso de abuso sexual en contra del sacerdote y aseguró que "con los criterios de nuestra política de seguros de hoy, que están en rigor desde 2015, hubiéramos puesto la denuncia en conocimiento no sólo de la justicia eclesiástica sino también de la justicia civil".
El Padre Cristián Borgoño, ex Legionario de Cristo, con quienes hizo su formación pero decidió abandonar filas ante la larga lista de abusos e irregularidades comentó que "hay una conducta habitual de no transparentar los casos y ni siquiera de comunicarlos a la justicia civil. Y así todavía hay muchos casos de acusaciones de abuso contra sacerdotes legionarios que nadie sabe nada".
