Tras un intenso entrenamiento en la elíptica de Gran Hermano, Eskarcita comenzó a perder la paciencia a sólo segundos de llegar a la meta y cuando la logró, la maquina seguía exigiéndole sin entender el por qué. La situación exasperó a la participante y finalmente puso fin a su tarde de ejercicio. "Quede como con las patas de lana, pero con un abdomen, señora en la casa", expresó.