El locutor radial conoció el caso de un hombre de su mismo vecindario que también sufrió un accidente cerebrovascular, aunque su condición física era mucho más compleja.
Leo Caprile protagonizó un destacable gesto con un vecino de Curacaví, el lugar en que vive. Se trata de Juan Espinoza, hombre que sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) hace cuatro años.
Y pese a que el locutor radial también pasó por este complejo escenario médico, aunque hace tan solo dos meses, su condición física es considerablemente mejor, por lo que no se vio afectado de la misma manera.
Fue este preciso detalle el que quebró al animador de televisión cuando conoció a su vecino y escuchó el caso. Ante esto, tomó una decisión crucial para su rehabilitación.
"Dos días después del ACV, me ofrecieron un tratamiento de rehabilitación con electrodos. Consulté con mis médicos, pero me dijeron que yo no iba a necesitar kinesioterapia porque podía mover brazos y piernas", comenzó contando Caprile a LUN.
Este tratamiento donado por la empresa TrainFES más tarde fue de gran ayuda para un vecino de su comuna, el que un día lo saludó casualmente: "Era un señor que caminaba muy raro, con mucha dificultad y me dice 'hola, colega', '¿por qué colega?', 'tuve lo mismo que tú, un ACV'", señaló.
"Pensé que había sido hace poco, pero llevaba cuatro años así. Me dejó descompuesto al punto de devolverme al auto. Lloré pensando de la que me salvé", sinceró.
Su reacción tras conocer a Juan Espinoza fue contundente y enseguida se quebró: "Me daba vergüenza mirarme a mí y mirarlo a él tan complicado", admitió.
Y esto enseguida le trajo una idea: Leo quiso regalarle el tratamiento que previamente le habían ofrecedido y cuyo valor superaba los $15 millones, por lo que no era algo del todo accesible.
"Se lo ofrecí, pero al principio como que no me creyó mucho, sí me dijo que le interesaba. Nos intercambiamos teléfonos y en un par de días le confirmé el asunto. Ya empezó a ir", cerró.
Al día de hoy, Juan ha acudido a tres sesiones y su avance está siendo monitoreado por especialistas que podrán ayudarlo en su rehabilitación.
Actualmente, existen diferentes tratamientos para lograr una recuperación satisfactoria de un ACV, dependiendo de lo que se busca tratar específicamente, con la función de la electroestimulación en cada uno de ellos.
Por ejemplo, en el caso de la pérdida de la capacidad para tragar, Moises Campos, gerente general de la compañía de neurorehabilitación y desarrollo tecnológico TrainFES, asegura que “el sistema complementa la terapia fonoaudiológica tradicional con electroestimulación funcional para tratar problemas de deglutir y disfagia. Se ha comprobado que la terapia logra mayor respuesta y reduce los tiempos de rehabilitación”.
Por otro lado, la electroestimulación funcional también es adecuada para tratar la recuperación motora debido a la pérdida de movimientos funcionales. “Una debilidad motora afecta procesos como la marcha, ducharse, alimentarse y distintas actividades de la vida diaria, las cuales con este tipo de terapias se logran recuperar en un plazo más acotado”, añade Campos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 15 millones de personas sufren un ACV, de las cuales 5 millones fallecen y 5 millones quedan permanentemente con algún tipo de discapacidad.