Volvió el teléfono rojo en gloria y majestad y fue Manuel Napoli quien tuvo el privilegio de contestarlo. ¿Por qué privilegio? Porque el jugador que respondiera el llamado iba a tener el poder de sacar a alguien de placa, incluyendo la opción de sacarse a sí mismo. ¿Qué hizo el italiano? Optó por salir él mismo de la instancia de eliminación.