La oriunda de Yungay se descartó de la situación diciendo que ella había advertido que se levantaría temprano a hacer aseo, a pesar de que sus compañeros siguieran durmiendo tras estar de fiesta.
Este lunes, en Gran Hermano Chile se realizó un nuevo "juicio" que puso cara a cara a los jugadores, lo que generó más de una discusión por rencillas anteriores que aún no han sido superadas.
Íñigo López fue uno de estos e incluso enjuició a Angélica Sepúlveda por un conflicto que tuvieron en el sótano la mañana del día sábado, tras la fiesta semanal que se realiza en el reality show.
"Acuso a Angélica de hacerse la víctima", partió diciendo Íñigo, generando la sorpresa por parte de la aludida, mientras que el resto de los participantes apoyaban la acusación.
Los motivos del futbolista para tildar de víctima a Sepúlveda se basaron en el fuerte encontrón que tuvieron hace un par de días en el sótano, cuando la jugadora más nueva comenzó a hacer aseo y meter bulla mientras el resto de sus compañeros dormía.
"El día que la Linda y yo despertamos en la mañana y te hablamos un poco fuerte, cuando tú todo lo desvirtuaste y todo lo hiciste decir como que te estábamos gritando, de que fuimos agresivos, cuando simplemente alzamos la voz", recordó Íñigo, agregando que la misma Angélica les había pedido hablar más fuerte producto de una sordera que tiene.
Sin embargo, la oriunda de Yungay se descartó diciendo que ella había advertido que se levantaba temprano. Asimismo, trató de mentiroso al enjuiciador, acusándolo de que sí le habría gritado de forma agresiva.
Ante esto, Linda quiso aportar a la causa y manifestó su molestia con Angélica, puesto que esta última le habría dicho cosas hirientes e incluso le habría pateado la cama a la gitana.
"Respondí de la misma forma (...) me bajé a tu nivel para responder de la forma como tú me gritaste. Si eso es ser agresiva, entonces tú lo eres primero porque de otra forma no ibas a entender", aseguró Sepúlveda.
Por su parte, Camila Power acusó a la enjuiciada de "poco empática" y aseguró que la recién llegada debería adecuarse a los horarios de la casa, no al revés, ya que ellos llevan más de 30 días en el encierro.