Este sábado 4 de junio es la fecha elegida para concientizar a las parejas sobre las dificultades al momento de concebir, entre ellas, la infertilidad. A diferencia de la esterilidad, esta es una condición temporal que corresponde a la incapacidad de concepción espontánea después de un año de intento de embarazo.
Cada 4 de junio se conmemora el Día Mundial de la Fertilidad, instancia que pretende generar consciencia en las parejas y futuros padres sobre los problemas de fertilidad que presentan hombres y mujeres en edad reproductiva.
El doctor Patricio Donoso, jefe de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Alemana, sostiene que se ha determinado que un 40% de los problemas de infertilidad son femeninos, un 30% son masculinos y el 30% restante se debe a causas desconocidas.
Al respecto, afirma que “las causas de la infertilidad son múltiples y varían entre hombres y mujeres”.
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, existen dos tipos de infertilidad:
En este sentido, el especialista precisa que entre los factores que pueden afectar la fertilidad en las mujeres se encuentran:
Mientras que en los hombres se ubican las siguientes:
En cuanto a los tratamientos de infertilidad, el profesional de la salud detalla que las técnicas de reproducción asistida se dividen en tratamientos de baja y alta complejidad.
Los tratamientos de baja complejidad contemplan la inducción de la ovulación, estimulación ovárica con actividad sexual dirigida e inseminación intrauterina.
Por su parte, entre los tratamientos de alta complejidad se ubican la fecundación in vitro, diagnóstico genético preimplantacional y ovodonación.
En el caso de mujeres sin pareja, existe la opción de inseminacion artificial o fecundación in vitro con semen de banco.
Cuando existe un factor masculino asociado, puede ser necesario realizar terapias dirigidas al hombre: tratamientos antibióticos, hormonales o cirugías (corrección de varicocele, extracción de espermatozoides desde el testículo, reversión de vasectomía). Estos tratamientos deben ser realizados y supervisados por un urólogo especialista en medicina reproductiva.