Quedó en silla de ruedas: Mujer pierde cobertura de salud tras tres años de tratamiento sin resultados

La vida de Jessica Quintanilla tuvo un giro de 180 grados luego de sufrir un accidente en una micro hace tres años cuando se dirigía a su trabajo. Ella solicita justicia ante el Instituto de Seguridad Laboral, quienes le ayudaron a cubrir los gastos de un complejo diagnóstico pero que, ahora le han negado seguir con la cobertura de salud.

Martes 25 de enero de 2022 | 18:40

En el año 2019, Jessica Quintanilla (41) fue arrastrada por una micro en Viña del Mar cuando se dirigía a su trabajo. La mujer estaba bajando del bus cuando el chófer comenzó a avanzar y ella cayó. Tras el accidente, se le diagnosticó el "síndrome de dolor regional complejo", una rara enfermedad que fue cubierta hasta hace una semana por el Instituto de Seguridad Laboral (ISL), momento en que recibió una carta en la que se le informaba que la atención no continuaría. Desde hace tres años que la protagonista de esta historia no puede continuar con su rutina diaria: Jugar básquetbol, ir a trabajar y por sobre todo, caminar por su cuenta. La mujer de 41 años quedó en silla de ruedas tras el accidente y no ha encontrado un tratamiento efectivo para mejorar. Yo siento que han jugado conmigo, han probado muchos tratamientos hasta me dijeron que me iban a amputar y nada funcionó”, comentó Quintanilla a CHV Noticias. Lee también: Estafa vía Whatsapp: Supuesto chamán exige $100 mil para evitar amenaza de la "Santa Muerte" El síndrome que tiene Jessica es un tipo de dolor crónico que afecta un brazo o una pierna.En general es un desorden donde se altera la parte nerviosa y simpática de nuestro cuerpo en la región donde se ha sufrido un trauma”, señaló el doctor David López, director de Quiropraxia de la Universidad Central.

El diagnóstico tras el accidente

El 15 de febrero de 2019, Jessica se dirigía a la cafetería en Viña del Mar donde trabajaba cuando ocurrió el hecho. “Mi jefa me dijo que tenía que ir a la Clínica Reñaca, que ahí tenía el convenio. Fui y me dieron 15 días de licencia, en ese momento lo tomé como algo leve”, relató Jessica. Al pasar los días, su pierna seguía inflamada por lo que se dirigió al Instituto de Seguridad Laboral (ISL) a dejar una declaración y con ello, fue derivada a otro centro pues su estado de salud seguía igual. “Me vieron muchos doctores, me hicieron exámenes y cosas, nunca tuve un diagnóstico así que me mandaron a Santiago para conseguir una respuesta”. Lee también: Pasajeros cuentan el drama que vivieron: ¿Qué hacer cuando se incendia el bus en el que vas de viaje? “Tu tienes síndrome regional complejo” le dijo un doctor en Santiago a manera de diagnóstico, ante lo que Jessica respondió con una carcajada. "No te rías, búscalo en internet y hablamos" le dijo el médico a la mujer, quien nunca había escuchado de ese tipo de dolencia. 

El síndrome de dolor regional complejo puede afectar a un brazo o una pierna y suele desarrollarse después de una lesión, una cirugía, un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco. El dolor es desproporcionado en relación con la gravedad de la lesión inicial, explican en la web de la Clínica Mayo de Estados Unidos.

Desde ahí, la trabajadora pasó por varios tratamientos: bloqueos de columna, agujas, filtraciones, estimulación eléctrica, entre otros. La situación empeoró cuando le pusieron un yeso y le comunicaron que le amputarían la pierna adolorida. Lee también: Pacientes con insuficiencia renal se oponen a ser derivados a nuevos centros de diálisis: "Están violando nuestros derechos" “Me hospitalizaron con el yeso, llamaron a mi papá, a mi tía, a mi marido e hijo y los prepararon mentalmente con psicólogos y psiquiatras. A mi me llevaron con una persona a quien ya le habían cortado su pierna para que él me contara su experiencia de amputación, incluso me mostraba como se ponía la prótesis y yo le preguntaba todas mis dudas antes de una amputación”, contó Jessica. Pese a la preparación familiar, la operación nunca llegó. Hasta el día de hoy, la mujer no sabe por qué no le dieron una explicación de la decisión tomada. “Experimentaron con mi señora”, comentó Claudio Vega, esposo de Jessica. “Pasé meses preparándome para una amputación. Ya hemos sufrido harto con mi familia”, concretó. El doctor David López explicó a Chilevisión Noticias que una amputación no es una indicación para ese tipo de síndrome. “Un trauma muy grave que no se amputó en el inicio, puede dejar secuelas graves entre ellos un síndrome regional complejo”, indicó el experto. Lee también: Denuncia de paciente reveló falta de oncólogos en el Hospital Félix Bulnes

Cambio total en la vida de Jessica 

La trabajadora viñamarina vive en una casa con segundo piso, donde está ubicado su dormitorio. Sin embargo, lleva tiempo sin dormir en su cama debido a que la dificultad de las escaleras y el roce de las sábanas, le provoca dolor al instante. Ahora duermo en el sillón, no puedo subir”, dijo la mujer. Y no es el único cambio ya que la familia tuvo que expandir la cocina para que Jessica pudiese desplazarse mejor. “Yo preparo comida, almuerzo y cosas ricas para vender en mi cocina porque no me puedo quedar sin hacer nada, los bancos y las cobranzas no te esperan”, señaló Jessica. Lee también: Daniela versus el cáncer de mama: Bingos, rifas y "lucatones" para tener la opción de vivir Claudio Vega, su pareja, también se ha visto afectado por los nuevos cambios y es que desde el accidente no ha podido tener un empleo estable puesto que tiene que cuidar a su esposa. “Más que tener un trabajo, debo cuidarla. Ella no se puede valer por sí sola, la tengo que ayudar a bañarse y en sus desplazamientos en la silla de ruedas. Tengo que estar con ella siempre”, señaló Claudio en conversación con Chilevisión Noticias. La situación se dificultó para ambos cuando el 13 de enero, recibieron una carta donde el ISL que indicaba que “los diagnósticos son considerados de origen común por lo que debe continuar el tratamiento por su régimen previsional de salud”. Además, el documento señalaba que la mujer tenía nuevas patologías por lo que ya no correspondía a un accidente laboral. “Me dieron a entender en la carta que yo provoqué lo que tengo, cuando fue a raíz del accidente, no es lógico. Después de tres años con un diagnóstico (...) este 28 de enero se me acabará la licencia y tendré que atenderme particular”, comentó Jessica. Lee también: "Así cuidan la vida de los animales": Captan perro atrapado en vías del Metro mientras trenes siguen operando Una de las cosas que más le preocupan a Jessica es que le habían dicho que pasaría a jubilarse y ser pensionada por su estado de invalidez. Sin embargo, con la nueva respuesta no sabe si eso se va a concretar. Además, hace un año le tienen retenidos los pagos de las licencias médicas, por lo que siente incertidumbre con los nuevos cambios.

Respuesta del Instituto de Seguridad Laboral

En un comunicado de prensa entregado a  Chilevisión Noticias, el Instituto de Seguridad Laboral se refirió a lo sucedido con Jessica Farias, señalando que: “ISL entregó las prestaciones médicas y económicas que, en virtud de su diagnóstico médico y calificación, fueron procedentes de manera oportuna y completa”. Asimismo, indican que han realizado un proceso de acompañamiento en casos de atención prolongada como el de Jessica, asegurando que han asesorado en "la continuidad de atenciones por parte de los sistemas de salud común, dentro de un marco de información permanente a sus adheridos.  En el mismo tono, el ISL indica que la afectada puede recurrir a la Superintendencia de Seguridad Social si así lo estima conveniente, mediante los mecanismos de reclamos que esta institución entrega a los usuarios.  Por otro lado, el Instituto indicó que  no tiene las facultades de divulgar información sobre las atenciones prestadas a sus usuarios, omitiendo profundizar sobre el caso en cuestión.