Estudian fuga de líquido cerebral tras examen nasal de COVID-19: Paciente estuvo expuesta a infección mortal
De acuerdo con una revista médica, este es el primer caso registrado como consecuencia secundaria del test. Sin embargo, identificaron también las afecciones de salud que habrían propiciado este problema en la afectada.
Viernes 2 de octubre de 2020 | 00:56
Una mujer de 40 años sufrió un accidente inesperado tras realizarse un examen nasal de COVID-19. Y es que según indicó la revista médica JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery, producto de una negligencia al momento de la toma del test, el revestimiento de su cerebro fue herido y quedó expuesto a una infección por su secreción nasal.
De acuerdo al estudio, las muestras nasofaríngeas corresponden a tres de los cinco métodos para realizar un diagnóstico inicial del SARS CoV-2, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Sin embargo, las complicaciones asociadas a estos test no son comunes. De hecho lo ocurrido a esta mujer corresponde al primer caso de fuga de fluido cerebroespinal (CSF) luego de un examen nasal, según sus estudios.
Primer caso registrado
En el caso específico de esta mujer, el examen se le realizó previo a una cirugía de hernia. Pero apenas se le practicó este procedimiento, comenzó a sentir una secreción transparente en una de sus fosas nasales.
Incluso sus síntomas se fueron agudizando y desarrolló un fuerte dolor de cabeza, fobia a la luz, vómitos y rigidez lumbar.
Pero según la investigación, 20 años antes ella había sido sometida a un tratamiento por hipertensión intracraneal idiopática y extirpación de pólipos nasales. Por lo que al momento de realizarse, el hisopo liberó el líquido cefalorraquídeo que estaba en una alta presión en su cerebro.
Para ayudar a la afectada, los médicos debieron drenar el líquido. Fue entonces que descubrieron un encefalocele de 1,8 centímetros. Allí optaron por realizar una tomografía y resonancia magnética, que demostraron que este padecimiento databa del 2017.
Finalmente, la mujer fue sometida a una cirugía que reparó su defecto con seguimiento neurológico y drenaje lumbar, evitando un desenlace peor asociado a una infección que podría haber sido mortal.