"Mi mamá va a morir y está feliz": Mujer diagnosticada con ELA ganó batalla judicial y podrá someterse a una eutanasia
Su único hijo, Federico Redondo, relató el proceso que llevó a que Martha Sepúlveda tomara esta decisión a raíz de su enfermedad. "La voy a extrañar mucho. Yo creo que no hay nada que no vaya a extrañar porque nada volverá a ser lo mismo. Nada", dijo el joven frente a esta situación que apoya por amor a su madre.
Viernes 8 de octubre de 2021 | 17:31
El día y la hora de su muerte ya están pactados. Una situación que, al contrario de lo que se podría pensar comúnmente, mantiene a Martha Sepúlveda (51) muy feliz y aliviada, ya que además será la primera persona en conseguir que la justicia diera luz verde a su eutanasia pese a no padecer una enfermedad terminal, un procedimiento que solo está autorizado en Colombia en casos específicos.
De acuerdo con la legislación de dicho país, la eutanasia fue despenalizada en 1997 y se convirtió en ley en 2015. Posteriormente, la Corte Constitucional extendió este derecho a aquellas personas que padecen de "un intenso sufrimiento físico o psíquico", provocado por una enfermedad incurable o lesión.
Martha fue diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en 2018, una enfermedad degenerativa que no tiene cura y que, en términos simples, provoca que los músculos se debiliten hasta tal punto de reducir su funcionalidad y con ello los movimientos físicos. Una agonía que podía extenderse por hasta tres años, lo que complicaba aún más el panorama, ya que la ley contempla que la eutanasia puede ser realizada a pacientes con expectativa de vida menor a seis meses.
La mujer de 51 años vio degradada su calidad de vida hasta tal nivel, que incluso no podía hacer tareas cotidianas tan simples como ir al baño por sí sola. Fue entonces que decidió iniciar un proceso judicial que finalmente ganó y con ello sentó un precedente en Colombia.
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Así lo ratificó también su único hijo, Federico Redondo Sepúlveda (22), quien sostuvo en BBC Mundo que "mi mamá está tranquila y feliz desde que le dijeron que podía morir, porque su vida era literalmente un infierno".
Según su relato, su madre nunca fue una persona que concibiera la muerte como algo negativo, al contrario. Pero el pasar su vida postrada en una cama, no era parte de sus planes -y de los de nadie-, lo que llevó a replantearse su día a día. "El final de la esclerosis lateral amiotrófica es sin poder hablar, sin poder tragar... es algo sumamente doloroso e indigno para ella", precisó Federico.
Luego del diagnóstico, su madre comenzó a perder fuerza en las piernas, necesitando ayuda para caminar incluso al interior de su casa. Después empezó a requerir apoyo para ir al baño, vestirla y ducharla. "En ocasiones se le dificultaba comer o cepillarse porque las manos estaban perdiendo demasiada fuerza", dijo su hijo.
"Lo peor para ella es ver cómo se deterioraba a tal punto que no puede ser independiente para lo más básico de las actividades cotidianas", añadió. Fue entonces que ella mencionó por primera vez la eutanasia, pero Federico no se lo tomó muy en serio.
Pero cuando ya vio que el tema se tornaba más recurrente y finalmente algo concreto, primero entró en una negación, ya que pese a estar a favor de la eutanasia como un derecho humano, nunca imaginó que le ocurriría a alguien cercano, mucho menos a su propia madre. Sin embargo, luego notó que la mejor manera de demostrar el amor por su madre, era apoyar la decisión que ella había tomado.
"Yo sí necesito a mi mamá y quiero que esté conmigo en cualquier condición. Pero en ese caso solo estaría pensando en mí, en mis necesidades", explicó.
"Claramente yo estoy triste. Claramente estoy ansioso, claramente estoy... de alguna forma desesperado. Sería muy raro que no lo estuviera. Pero también de alguna manera me reconforta el hecho de que mi mamá haya podido terminar su vida de la forma que ella quería", concluyó.
"Mi mamá va a morir el domingo a las 7 de la mañana. Y está feliz. Está feliz desde que sabe que le van a aplicar el procedimiento eutanásico", expresó Federico, y posterior a ello su cuerpo será cremado y luego se realizará una eucaristía. "La voy a extrañar mucho. Yo creo que no hay nada que no vaya a extrañar porque nada volverá a ser lo mismo. Nada", sentenció.