El Diario de Viaje de Jorge Said: El Inmigrante en Busca del Paraíso
Con más de 300 millones de migrantes y 65 millones de refugiados políticos el mundo enfrenta hoy la catástrofe humanitaria más grande de la historia, lo que ha llevado a muchos científicos a predecir que de seguir a este paso, la Tierra en menos de cincuenta años va a entrar en una etapa pre-apocalíptica.
Viernes 18 de noviembre de 2016 | 17:28
Recorrimos, Estados Unidos, Europa y cerca de 70 países para testimoniar la crisis política y moral y el futuro del planeta en este siglo XXI. Un mundo cambiante, donde las nacionalidades son cada día más difusas. Donde la inmigración se vive por doquier y las ideologías intentan imponerse unas sobre otras.
Mientras unos buscan eliminar las barreras de los cambios sociales y culturales, otros se sienten cada vez más invadidos en sus espacios de confort.
Un mundo de contrastes, de inmigrantes, donde pareciera haber ciudadanos de primera y segunda clase. Donde la prensa es controlada por los centros de poder y los acontecimientos se nos entregan bajo un solo punto de vista, dificultando conocer la realidad de aquellos países que viven catástrofes humanitarias.
Esa es la razón por la que salí a recorrer el mundo. Partí a buscar la verdad de los que sufren, de los sin voz, del ciudadano común. Atravieso los 5 continentes, en busca de ese lugar perfecto, de esa última utopía en donde la paz y la felicidad parecen reinar.
En mi camino me encuentro con cientos de miles de extranjeros que buscan lo mismo que yo, un lugar donde reconstruir sus vidas, un lugar lejano que puede estar en Estados Unidos, en Europa o quizás en Chile. Un lugar donde puedan trabajar y tengan mayores oportunidades que en esos países que dejaron muy atrás.
Escapando del sufrimiento
El hombre desde tiempos inmemoriales, desde su propia aparición ha cruzado las más grandes fronteras, las más altas cumbres y tórridos o gélidos desiertos, impenetrables selvas y tempestuosos mares, escapando desesperado del hambre, de las guerras y del sufrimiento.
He sido testigo de cómo miles parten día a día, minuto a minuto en busca desesperada de esa elusiva felicidad mientras las más grande revolución tecnológica y social transforma radicalmente nuestro planeta.
Durante una decena de años, cruzo sólo con mi cámara en medio de las graves crisis políticas y ecológicas con el fin de testimoniar los sueños y las esperanzas de todos aquellos que al igual que nuestros padres y que nuestros antepasados se atrevieron a venir a América a conquistar un lugar en el mundo donde sean respetados y en donde la dignidad y la justicia prevalezca sobre el odio y la miseria.
Ésta al igual que para otros 300 millones de inmigrantes, al igual que para 65 millones de refugiados y al igual que para el primer hombre que pobló nuestro planeta, puede ser su historia. Su viaje buscando ese destino mejor.